Miradas que Juzgan

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jasmeiry bajó a abrir la puerta, media asueñada porque se despertó de repente, cuando abrió la puerta no había nadie, por lo que se asustó.

–¡¿Esto es una broma?!– dijo enojada.

En ese momento cerró la puerta, pero está no se cerró, por lo que se enojó más, ya que la habían echo despertar para nada y la puerta no cerraba por una extraña razón, al empujar la puerta, vino a sus pies un papel, el cuál ella tomo y leyó.

El papel decía lo siguiente:
– Te extraño, no sabes las noches que pasó pensando en tí en casa uno de mis pensamientos estás, en cada uno de mis suspiros ruego porque vuelvas a mí, que el perdón sea la base de nuestra reconciliación y el amor que siento por tí sea más fuerte que mi miedo–

Ella en ese momento supo de quién era la carta, de Erick... En ese momento miró güera de la casa, lo cual era peligroso a esa hora, pero no vió a nadie.

En el fondo, estaba Erick, el cuál ella no podía ver porque estaba oscuro, él la miraba desde lejos, desde los árboles sin valor, sin poder pararse frente a ella.

– ¡¿Así es como vas a conseguir que te perdone?!– gritó ella mientras golpeaba la puerta cerrandola. Ella subió a su habitación y solo salían lágrimas de frustración de sus ojos, sé paró en frente del espejo....

–¿Vas a seguir sufriendo por el?– se preguntaba ella mientras se miraba en el espejo. –¡NO! ¿Verdad?– ella estaba convencida de olvidarlo.

No se dió cuenta del momento en el que se acostó de nuevo y se durmió, Jasmeiry tuvo un sueño perturbador, soñó que alguien la perseguía y ella solo corría para que no la alcance. Se despertó y la cama llena de sudor, tenía miedo, pero se cambió rápido y se fué al instituto.

Cuando llegó no habló con nadie, Clara y Marisol estaban ahí.

–¡Oye!, ¿Que tienes?– preguntó Marisol.

Ella no pudo ocultar les lo que había pasado, así que se lo contó, ellas no podían creerlo y solo le daban concejos para que olvidará a Erick porque se fue sin dar explicación ningúna.

En ese momento llegó Daniel, el cuál parecía muy enojado con ella, ella se dió cuenta y en seguida lo siguió.

–¡Oye!, ¡Oye!– repetía ella una y otra vez mientras lo seguía para que le hablará.

Él se paró y solo se quedó mirándola a los ojos.

–No me dejes de hablar tú, Por favor, tú no– dijo ella mirándolo con cara de súplica. –¿Podemos hablar?–. En ese momento él la tomó de las manos.

– Jas, yo te aprecio mucho y la verdad me encanta verte cuando eres feliz, pero creo que no puedo ver cómo las cosas suceden al contrario de lo que intento–

Ella no entendió nada, solo lo miraba con cara de frustración y la verdad quería entenderlo pero no podía.

–Vamos a vernos aquí– el le dió la dirección de un parque al que ella no había ido y le dijo que se encontrarían ahí en la noche.
Él solo le dió el papel y se fué, ella tenía mucho miedo porque él nunca había sido tan serio como en ese momento, Daniel estaba muy mal y ella quería saber lo que pasaba.
                          
                            •   •   •

Del otro lado de la ciudad, en un pueblecito pequeño había un chico, el cuál caminaba por las calles oscuras de aquel lugar y se encontró con una pandilla.

–Es él– dijo uno de ellos y se lo llevaron. Eran una pandilla como de 5 hombres. Lo golpearon por la espalda y él se desmayó.
Lo llevaron a un cuarto oscuro y estaba atado en una silla.

El chico de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora