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La luz apenas habitaba en esa recámara, aparte de la que provenía de las pantallas. El sonido de bolsas de frituras siendo abiertas, el chasquido de una lengua y los clicks del mouse resonaban entre las paredes. Tres cabelleras eran visibles: albina, azabache y pelirroja.
Sora, Shiro y _______________.
Mejores amigos, unidos por los videojuegos. Ambos con diferentes talentos, sin embargo, llegando a tener habilidades parecidas en cada una. Imbatibles en sus fuertes.
—Apenas ganamos... —comentó estirándose en la silla frente a las seis pantallas—. Oye, hermana, ¿podrías dejar de controlar la cuenta principal de los Blancos con tus pies?
—Tengo hambre —dijo en un murmuro, llevando el último pocky de la caja a su boca. Extendió una barra energética a su hermano mayor—. ¿Quieres?
—Itadaikimasu —abrió y le dio un mordisco al aperitivo.
—¿Los Blancos están teniendo un día atareado? —preguntó la pelirroja, acostada boca abajo en el suelo. Estaba a un costado de Shiro, completando su séptimo libro de sopas de letras de la tarde, mientras comía su fruta favorita: la piña—. Creí que tenía 1000 hojas, pero tiene 980... Luego me encargaré de hackear el servidor y darles su merecido.
—Estoy a punto de terminar este libro —murmuró marcando siete palabras, y tachándolas de la lista.
—Por favor...
—Ehh... —tachó los últimas 13 y cerró el libro—, de acuerdo, Shiro —pasó sus dedos por los cabellos de la niña.
—Me gusta cuando _______________-nee me hace mimos —se acurrucó con la fémina.
—Es raro ver que compras raciones tan lujosas —presionó varias teclas.
—La nutrición es importante —movió ambos ratones con los pies.
—Hermana... —hablaba sin despegar la vista del juego—, el cerebro humano puede funcionar mientras tenga glucosa. El pan blanco es lo mejor en cuanto a precio.
—La eficiencia no es todo —dejó el envase de sopa instantánea a un lado—. Necesitas otros nutrientes si quieres crecer.
—Ya eres hermosa y perfecta. No te preocupes por eso. Pero bueno, ¿qué hora es? —vio por el rabillo del ojo a la chica mayor.
Rodó los ojos— Eh... las 8:00 am. Como medianoche.
—¿De qué día?
—¿Eso importa para alguien que nunca deja la casa? —Shiro se recostó en el regazo de _______________.
