En este one-shot, serás la hermanita menor de Gon.
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—Wow... —emitimos nii-san y yo al mismo tiempo. Sin dudas aquel espacio subterráneo era impresionante. Kurapika-san y Leorio-san caminaban detrás de nosotros.
—Nii-san, ¡¿crees que logremos pasar el examen de Cazador?! —pregunté entusiasmada apretando mis dos puños. Nii-san puso una mano en mi cabello, desordenándolo al instante.
—__________-chan, eso no se pregunta. ¡Pasaremos el examen y veremos lo que oto-san vivió!
—¡Sí! —expresé poniéndome a su lado.
Un hombre se nos acercó. Se encontraba sentado en algún tubo cerca de una pared; se presentó con nosotros, diciéndonos que su nombre era Tonpa y que este sería su intento número 35 en pasar el examen.
—Bueno, ¿qué les parece si brindamos por nuestra amistad nueva? —preguntó extendiendo dos latas de refresco, una para nii-san y otra para mí.
—¡Claro! —dijimos al mismo tiempo.
Luego le pasó una a Kurapika-san y a Leorio-san. Alzamos simultáneamente las bebidas pronunciando un "¡Salud!", y procedimos a beber de ellas.
—Nii-san... —dije después de darle un sorbo.
—¿Qué sucede, __________-chan? —preguntó antes de tomarle. Con mis ojos apunté a la lata, a lo que nii-san asintió entendiendo a qué me refería. Acercó un poco su nariz, oliendo—. Tonpa-san, creo que esta bebida está caducada.
Leorio-san esculpió todo lo que había ingerido— ¡¿Qué?! ¡¿Es en serio?!
—Sí; __________-chan está entrenada para soportar cualquier tipo de veneno no importa cuán fuerte sea, y yo conozco todo tipo de plantas que crezcan en las montañas. Lo lamento Tonpa-san, pero creo que no las tomaremos —Kurapika-san tiraba el líquido al suelo. Por mi parte, volteé a ver a Tonpa-san quien se veía nervioso.
Ladeé la cabeza divertida de la situación. Al parecer eso era el cometido que quería lograr. Vi cómo se alejaba a ver a los demás participantes.
—Hih hih~ no hará nada de malo que lo siga, ¿verdad? —me pregunté a mí misma llevando mi dedo a mi mejilla. Me acerqué a nii-san tocando su espalda—. Nii-san, ahorita vuelvo.
—Claro __________-chan. Solo no te pierdas —me aconsejó sonriendo.
Asentí alegre. Aunque antes de irme me acerqué a Kurapika-san. Tiré levemente de su prenda color azul, a lo que él se giró para bajarse a mi altura.
—Iré a explorar un poco el lugar y a los participantes. Solo te pido que cuides a mi nii-san y a Leorio-san. Ya sabes —le hice una seña de que pegara su oído a mis labios, cosa que hizo y le susurré—, de entre todos, creo que eres el más maduro aquí, Kurapika-san.
Él rió levemente para acariciar mi cabello— Ten cuidado, __________-chan —asentí alejándome.
Tonpa-san analizaba a varios participantes con la mirada, yo me mantenía detrás de él extrañada. Y a pesar de eso, no notaba mi presencia, era curiosamente divertido. Al estar pasando entre la gente, una lata de refresco se le cayó. Al ser inmune a cualquier cosa que le haya puesto, supongo que tomar otra no me haría daño. Me encogí de hombros abriendo el refresco.
—No te preocupes —me había quedado atrás viendo la lata que Tonpa-san se adelantó hasta llegar con un niño que cargaba con una patineta y tenía el pelo blanco. Creo que se les decía albinos...— El veneno no me hará daño.
Eso quiere decir... ¡¿qué ambos somos inmunes a venenos?! ¡Eso es genial!
—Oe, ¡albino-kun! —lo llamé emocionada, haciendo que se gire con la lata en boca. Me acerqué corriendo hasta pararme frente a él. Lo miré con estrellitas en los ojos.
