Moita no sabía qué hacer cuando una sabia se le acercó lentamente, acechándola como presa. La examino de arriba a abajo y la miró a los ojos con decepción y un poco de ¿asco?
— ¿Quién es usted para deshonrar a los caídos?— Moita sintió un poco de alivio, por lo menos no sabían que era humanita.— ¡Traidora!— gritó algún mágico de la multitud.
Moita no sabía cómo reaccionar o qué decir, si la juzgaban se darían cuenta de que no era mágica y eso era mucho riesgo.
— ¿Por qué vistes así?— Era una señora con cabello castaño recogido en un moño alto y con un vestido largo y por supuesto, negro.
—Lo olvidé— tenía sus ojos puestos en el suelo, que resultaba más interesante que cualquier otra cosa de la aldea.
— ¿Lo olvidó? ¿Olvidó a los que dieron sus honorables vidas y poderes por usted?
—Olvidé que día era hoy.
— ¡Está profanando a los caídos!— se escuchó un mágico de la multitud.
Moita no sabía qué hacer cuando estaba bajo las miradas de tantas personas y entonces recordó que en los libros humanitas que había leído decían que cuando alguien estaba avergonzado por ser el centro de atención, se imaginaba a todos desnudos. Pero Moita no quería verlos a todos desnudos y todos saben que los mágicos no tienen mucha imaginación. Así que ella quiso darles un poco de la vieja escuela humanita. Se comenzó a quitar los pantalones y escuchó gritos.
— ¿Qué haces, niña?
— Veo que no creerán que lo olvidé, así que, ¿Querían negro? Lo tendrán.Tiró los pantalones a un lado suyo quedando en la parte de abajo de su bañador e inmediatamente unos abrieron los ojos como si hubieran visto un fantasma. A otros, se les iban los ojos viendo las esbeltas y bien proporcionadas piernas de Moita. También vislumbró a un viejo con una barba que le caía hasta el ombligo, esbozando una sonrisa y moviendo la cabeza de forma negativa pero su mirada denotaba que se estaba divirtiendo. Por otro lado estaban unos mágicos viéndola con asombro y se sonrojó. Eran jóvenes. Tal vez cinco años mayor que ella y eran atractivos. La estaban viendo demasiado. Se felicitó por haber pensado en ir a nadar al lago y haberse puesto su traje de baño.
Cuando estaba por quitarse su abrigo sintió que alguien respiraba atrás suyo.
— ¿Por qué no me invitaste al show?— Esa voz la podía reconocer.
—No estás ayudando— Vita la puso detrás de ella y llamó la atención de todos.
— Mi amiga se quedó dormida anoche en mi cabaña y hoy no ha podido ir por su ropa, pido que sea perdonada—diciéndolo lo suficientemente alto para que todos escucharan.
— ¿Por qué no le has prestado?
— Está más que claro que no es de mi talla y en las cabañas Admiratio no han encontrado algo que les sirviera, pero ya vamos de camino por nueva, si me disculpa.Al escuchar el apellido la señora se dio cuenta con quién hablaba y suavizó su expresión.
—Pues si es así, señorita, las dejo para que hagan lo que estaban por hacer y le pido a su desubicada amiga que no vuelva a hacer estos escándalos —La señora hizo una reverencia y se fue. Vita rodó los ojos y se dirigió a Moita.
— ¿Qué brujas pensabas que ibas a hacer?
— Entré en pánico, no quería llamar tanto la atención.
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Los Elegidos por el Viento: Moita (pausada temporalmente)
FantasyBorrador. AVENTURA/FANTASÍA Moita es hija de los pocos humanos que sobrevivieron a la guerra de los Tres Reinos, como especie intrusa. Los brujos y brujas del Reino del Norte son los únicos en La Rosa que aceptan convivir con estos, pero muchos de...