Toda una vida sintiendo cómo era despreciada por los demás por ser de una raza diferente, despreciada por los mágicos cazadores. Toda la tristeza que pasó por los que ahora parecían ser de su raza. Había sobrevivido a comas emocionales, gente que la odiaba, quedarse sin nadie, noches de soledad en su infancia, tenía que concentrar todo eso para poder sobrevivir a algo más, los vampiros.
El calor le subía por todo el cuerpo, lo sentía. Tenía que actuar rápido pero ¿Cómo?
Sintió su poder y sintió los árboles, era una sola con ellos. Era una con la hierba que rozaba sus pies, una con el aire que respiraba. Sabía que si movía su mano podría lograr algo.
Centró su mirada en el inmortal que lastimaba a Vita, y le ordenó a uno de sus árboles que lo atravesara. Con un pequeño movimiento de manos esperó la respuesta, pero no tuvo tiempo de ver qué pasaba porque sintió un golpe en su espalda que hizo que cayera.
— ¿Qué tratabas, humanita? — El otro vampiro se había recuperado y había vuelto a su misión.
Moita trató de levantarse y logró ver que nada se había movido, no logró hacer nada.
Otro golpe, esta vez en sus piernas.
Ya no sentía nada más que dolor y confusión.
Si no era humanita, ni tampoco un mágico ¿Qué era?
Una inútil.
No pudo ayudar a Vita, ni ayudarse ella.
Otro golpe.
Vio a Vita a lo largo y pensó en que ella no podía morir. Vita no.
Sintió como uno de los vampiros, Dom, la tomaba por el cuello y la levantaba para poder estrangularla.
—Serías más bonita si no fueras un despreciable humanita.
Moita se estaba quedando sin aire, decidió cerrar los ojos y no ver al atractivo ser que estaba por matarla.
De pronto sintió como su cuerpo chocaba contra el suelo y abrió los ojos. Dom estaba tirado a su lado con una estaca en el corazón, inerte. Estaba muerto.
Levantó su mirada y observó a Helena quemar a Maro. No podía creer lo que veía.
Aún atónita, buscó a Vita con la vista y su expresión cambió inmediatamente, la divisó tirada unos cuantos metros más allá.
Intentó arrastrarse hacia su amiga, pero sus piernas no respondían, así que la miró quedamente para verificar si respiraba.
"Gracias a los dioses", pensó; respiraba.
Volteó hacia los lugares donde estaban los vampiros, pero no encontró más que el recuerdo de sus cuerpos tirados ahí. Entonces escuchó un barullo proveniente de la casa de Helena.
Intentó de nuevo mover sus piernas, las cuales respondieron a medias, pero era suficiente para gatear hacia la entrada, o lo que quedaba de ella.
Cuando se acercó lo suficiente para ver dentro, distinguió lo que era un desorden total; los cojines tirados en el suelo, libros desperdigados por todo lado y una infinidad de papeles volando por todas partes, aun así, las cosas no tenían ni un solo rasguño.
Vio a Helena moverse por la casa tan rápido que le era difícil seguirla. Parecía que buscaba algo desesperadamente. Moita estuvo a punto de decirle algo cuando una fuerte ráfaga de viento comenzó en la casa, sabía que había comenzado en la casa, porque fuera no soplaba ni una brisa.
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Los Elegidos por el Viento: Moita (pausada temporalmente)
FantasiBorrador. AVENTURA/FANTASÍA Moita es hija de los pocos humanos que sobrevivieron a la guerra de los Tres Reinos, como especie intrusa. Los brujos y brujas del Reino del Norte son los únicos en La Rosa que aceptan convivir con estos, pero muchos de...