Las dos amigas se habían detenido en una gran enredadera, que las ocultaba totalmente para tomar aire después de la larga caminata que habían hecho casi corriendo.
Lo primero que notó Vita era que aún no habían llegado ya que no distinguía los distintivos arbustos de moras que su tía había creado gracias a un hechizo. Pero estaban cerca; el olor a comida entraba en sus narices.
—Estamos muy cerca, como a unos quinientos metros—musitó la joven bruja—pero realmente no estoy segura de si acercarnos más porque no sabemos qué tan peligroso sería.
— ¡Esos brujos están más sordos que mi bisabuela!—exclamó una molesta vocecilla que venía de atrás—De todos modos, yo sé cómo llegar a la casa de esa señora ruidosa sin que nos descubran.
Era el hada.
— ¡Dioses míos! Sí que es molesta—masculló Vita entre dientes.
— ¿Van a escuchar lo que voy a decir o seguirán quejándose de mi voz?
— ¿Cómo sabías que pensábamos eso?—cuestionó Moita.
—Solo lo supuse, pero tú me lo acabas de confirmar.
—Bueno, bueno, ¿cuál es tu idea?—repuso la bruja.
—Pues, la verdad, no es una idea, es simplemente que la casa tiene puerta trasera.
— ¡Cierto! ¿Cómo no lo pude haber pensado antes?—exclamó la bruja que ahora tenía el cabello negro— ¡es hora de irnos!
— ¡Vamos!—gorjeó el hada, feliz de por fin tener algo qué hacer.
—Un momento, tú no vas. Haces más ruido que mi tía sonando esas ollas y eso es lo que menos ocupamos. Vete—espetó Vita, inmediatamente recibiendo un gran pisotón de Moita en su pie derecho.
— ¡Malagradecida!—le reprochó la humanita a Vita—Por supuesto que nos puedes acompañar, pero procura no hablar tan fuerte.
— ¡Hecho!— exclamó el hada—Por cierto, ¿quieren saber mi nombre? Creo que sería más fácil llamarme si hay problemas.
—No—Vita recibió ahora un codazo de parte de su amiga— ¡Aaay! No más golpes por hoy, por el amor de la Rosa, uno más y termino donde un chamán o un hospital de locos.
— ¡Aaah! Y no se te ocurrió que a mí también me dolía mucho cuando me pegaste en varias ocasiones, ¿verdad?
— ¿Podrían parar de una vez por todas? Puede que su tía no tenga tanto tiempo como ustedes. Mi nombre es Moena, ¡vámonos ya!
Una vez listas, se pusieron en marcha con el mayor sigilo del mundo hacia la casa de la tía de Vita, sin saber qué les deparaba.
***
"El ser del viento ha sido traído por el destino, yo soy solo un camino".
Helena Admiratio
Toda casa de mágicos tenía que tener una placa que dijese algo sobre ellos pero la de Helena era una muy rara. "¿Un camino? ¿Para quién?" ¿Y por qué no está pegado en la entrada de la casa como todas las demás placas? pensaba Moita. La placa se encontraba al lado del camino de arbustos de moras.
Estaban muy cerca de la cabaña y aún no entendía el porqué del morado por todo el camino: flores moradas, moras, hasta la placa tenía matices morados. Moita cada vez estaba más confundida, sentía cómo los mágicos estaban cerca, cómo respiraban tranquilos, como si nadie los pudiera detener.
Se profundizaron en un camino muy estrecho y lleno de pequeños árboles para llegar a la puerta trasera de la tía Helena; Moita extrañaba a sus pinos, sin embargo estos pequeños también la habían saludado.
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Los Elegidos por el Viento: Moita (pausada temporalmente)
ФэнтезиBorrador. AVENTURA/FANTASÍA Moita es hija de los pocos humanos que sobrevivieron a la guerra de los Tres Reinos, como especie intrusa. Los brujos y brujas del Reino del Norte son los únicos en La Rosa que aceptan convivir con estos, pero muchos de...