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Bien, habían tres cosas que no debía hacer y ya había fallado en una, primero no fallar en la misión, segundo que nadie descubra mi coartada, y tercero en la que falle, no hablar con los alumnos como si fuera que los conociera, Severus me miraba confuso mientras el ambiente se ponía tenso, tragué fuerte.

— ¿Como sabes que...? Correte — Expresó Severus Snape joven, ante la pregunta dicha por la pelirroja.

— Disculpa — Me moví primero rodeando al confundido Severus.

Caminé por los pasillos mientras movía mi camisa, estaba teniendo uno de esos tan conocidos "Ataques de pánico", caminé por los pasillos vacíos llegando al baño, para muchos podrá ser algo insignificante pero para mí es muy importante, y me ha estresado, solo no entiendo cómo se me olvidó...

Lo que pasó

Nos encontrábamos en la clase de pociones, Severus estaba tratando de descifrar un ingrediente clave, sin recordar nada me acerqué, y  ahí fue cuando... ¡Maldición! Lo he arruinado.

— Severus, me sorprende que el príncipe mestizo no pueda hacerlo, después de todo tu me haz enseñado. — En mi cabeza había alagado a Severus pero aquí era diferente y no había reacciónado de que estaba 20 años antes.

Presente

Y ahora me encuentro en el baño moviendo mi camisa del cuello, trataba de respirar pero no podía sentía presión recuerdo sus caras, mis padres confiaban en mi todos confiaban en que yo podría salvar al mundo mágico y si los defraudo no imagino lo decepcionados que estarán, apoyé mi espalda contra la fría pared ese baño era de chicos pero no era visitado, tragué fuerte respirando hondo una y otra vez pero no paraba seguía sintiendo ese peso que ahogaba, sin quererlo lágrimas de desesperación salieron de mis ojos y luego comencé a desahogarme, imaginando todas y cada una de sus caras, su palabras, Remus confía en mí, Sirius también, todos lo hacen, el mundo mágico está en mis manos y eso es mucha presión.

Alguien abrió la puerta rápidamente no pude reaccionar a lo rápido que fue, ese cabello negro, esos ojos, esa piel pálida yo lo conocía...

Regulus Black

— Oye, ¿Estás bien? — Preguntó el y yo seguía haciéndome aíre.

— Que pregunta estúpida he hecho, solo calmate, y concéntrate, Inhala, Exhala — Me sugirió y yo lo seguía.

Me concentré respirando hondo y exhalando con el mientras me miraba preocupado, sus ojos mostraban sinceridad y determinación a ayudarme, y justo ahí me tranquilicé quedando callada.

— Eres la prima de James, ¿Verdad? — Habló y yo solo asentí.

El rímel corría por mis mejillas seguro me veía horrible, y como Sirius me había dicho "A ti te tranquiliza abrazar, solo hazlo si lo necesitas", abracé al pelinegro enfrente mío y este solo lo correspondió susurrando algo.

— Todo estará bien... Te llevaré con tus amigos — Susurró el Black menor.

Asentí.

Caminamos por los pasillos encontrando la puerta de Gryffindor, el como yo sabía que los merodeadores no estarían en sus clases si no que en la sala común, nadie más se encontraba ahí seguramente, Regulus entró conmigo apesar de ser de otra casa, y ellos quiénes se notaron preocupados me vieron y vinieron muy rápidamente hacia mí.

— ¿Que le has hecho, Regulus? — Preguntó Sirius.

E-el no a hecho nada malo, de hecho hizo algo muy bueno — Tartamude sonriéndole a Regulus sinceramente.

— Bueno yo me voy, espero te mejores — Se despidió el Slytherin saliendo por el cuadro.

— Entonces, ¿Que paso? — Preguntó Remus calmado.

— Lo he arruinado.

WEASLEY IV | FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora