CAPITULO 21

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Navidad

Valentine

La mirada de Oleg es tan tentadora que mando al diablo mis principios,quiero tenerlo dentro de mi. Lo beso con impaciencia logrando que suelte un gruñido cuando le muerdo el labio inferior con vehemencia, con ímpetu.

—Vamonos de aquí—murmura cerca de mis labios con ese tono ronco y sexy que conduce pequeños choques de electricidad por todo mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna.

Asiento y enseguida me suelta, permitiendo que salgamos juntos de la piscina con la ropa empapada. Mi vestido pesa tanto hasta el punto de tener que exprimir algunas partes como puedo. El gélido viento sopla sobre mi piel.

—Hace demasiado frío—me quejo. Recojo mi bolso, el teléfono de Amanda y reviso mi muñeca izquierda verificando que la pulsera que me regaló Kang siga ahí y efectivamente ahi esta, suspiro con alivio.

Casanova me tiende la toalla que estaba situada sobre la silla de playa. La coloca sobre mis hombros con gentileza. Me toma de la mano y caminamos juntos hacia el área de estacionamiento,donde Kang ya nos está esperando.

La oscuridad de la noche se cierne sobre nosotros. El tráfico hollywoodense nos mantiene atrapados cerca de Sunset Boulevard. Miro las manos de Casanova sobre el volante, deleitandome con las venas que se le marcan luciendo más deseable de lo que ya es.

Mi garganta se seca y aprieto mis piernas debido a la elevada temperatura que este hombre genera en mi cuerpo.

Su mirada encuentra la mía por el espejo retrovisor. Tuerce una sonrisa, haciéndome vibrar de ganas... muchas ganas.

Él dentro de mí.

Entrando y saliendo por mi coño húmedo.

El sonido de una llamada me despierta de mis eróticos pensamientos.

Es el teléfono de Amanda.

—¿Diga?—contesto.

—Soy Yo—la escucho suspirar—¿Por qué te fuiste tan temprano?, agua fiestas.

—Lo dice la desaparecida. ¿En dónde estás?

—En el departamento de Olsen.

Ruedo los ojos, ¿por qué no me sorprende?. Es Amanda, con las ganas no se iba a quedar, mucho menos con el heredero Fhurer.

—¿viste a mi abuelo?

—Si, dijo que te despidiera de él. Tuvo que irse por asuntos de negocios o algo así.

—Bien—murmuro.

—¿Vamos de compras mañana?—propone.

—Te veo donde siempre. No llegues tarde y no olvides pasar por el encargo.

—Si señora—se burla.

Me despido de ella confirmando la hora de encuentro. Nuestro ritual de siempre es salir de compras,ir al Spa, al salón de belleza y desayunar en algún Mgdonals cerca. Básicamente pasar toda la mañana juntas.

Por fin haré cosas femeninas, con el machito de Kang jamás podría hacer algo así. ¿Qué tiene de malo que un hombre tenga unas uñas bonitas, limpias y cortas?

Tomo mi celular marcando el número de Josh. Platico con él, ordenándole que me envíe el formulario de esta semana, con las cuentas, pagos e itinerario de la discoteca. No podré ir estos días por lo que me será imposible supervisarlo. Pero eso no quiere decir que no estaré gestionando las finanzas.

—Yo estaré yendo por las noches—avisa Lee desde el puesto de copiloto.

Sé que irá, se lo pida o no.

Mi Oscuro Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora