CAPITULO 08

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Demonio

Valentine.

Ver esto es como un golpe de realidad, cuando Kang me informó sobre esta chica pensé que no sería un problema para mí, ni para mis planes. Casanova sabrá que conmigo es todo, pero a medias nada.

Siento una horrible opresión en el abdomen, ojalá sean cólicos y no otra cosa distinta.

Salgo del vehículo dando un estruendoso golpe cerrando la puerta, observo como Oleg se separa bruscamente de la intrusa cuando se percata de mi presencia.

—Usted señor casanova—exclamó furiosa— esta en horas de trabajo, le di dos días suficientes para hacer lo que le de la gana—suspiro irritada— así que...—volteó a mirar a Lee—ustedes dos—vuelvo mi vista hacia Oleg— Se largan inmediatamente a cambiarse de ropa, los quiero trajeados, como deben estar siempre, pareciendo lo que son—sonrió—, guardaespaldas.

Oleg me mira mal.

¡Oh no! Acabas de despertar algo que no es lindo, sufre las consecuencias, guapo.

—¿Y entonces?—mascullo entre dientes—¡lárguense ya!—grito.

Kang me mira confundido pero inclina su cabeza antes de irse dentro de la discoteca.

—Tiene 60 segundos para acatar mis órdenes señor casanova—Ordeno— o si no..

—¿O si no que?—enarca una ceja—¿qué va a hacer señorita?—me desafía.

La intrusa de cabello rojizo cruza los brazos sobre el pecho mirándome con odio.

—Él no tiene porqué seguir sus ordenes—dice Molesta.

Alzo los hombros.

—Bien. Entonces si no lo veo dentro como lo ordené, me temo que estará despedido—sentenció.

Oleg alza las cejas en muestra de asombro. Le doy una mirada furtiva antes de caminar en dirección al establecimiento sin esperar respuesta de su parte.

Una vez dentro empiezo a sentir el ritmo de la música y el olor a alcohol mezclando con el sudor de los presentes, camino en dirección a la barra, me siento sobre el taburete cruzando las piernas, haciendo que mi vestido se recorra un poco mostrando mis largas piernas.

—Un whisky doble con hielo—le ordeno al bartender.

Recibo mi bebida minutos después, la muevo lentamente en círculos antes de llevarlo a mis labios, siento el líquido pasar por mi garganta saboreando el sabor amargo del alcohol. Le doy la espalda a la barra para tener mejor vista de la pista de baile. Observo todo a mi alrededor, personas despreocupadas de la vida, disfrutando de su juventud, me gustaría poder hacer lo mismo, que mi única preocupación sea que me pondré hoy para cautivar a mi crush, pasar el examen de álgebra y no tratar de sobrevivir en este nido de tiburones, en donde, si no escapas del tiburón más grande este te devorará sin piedad, estoy empezando a sonar como mi abuelo.

Llevo pidiendo diferentes cocteles que no había probado antes, unos más fuertes que otros, rechazando tipos que no me gustan en absoluto, aún no me he parado del asiento, admito que me da nervios ya que aún no compruebo que tan ebria me encuentro hasta ahora, tomando en cuenta los cócteles que ya llevo, creo que sentiré el mareo cuando ponga un pie sobre el piso.

En el otro extremo del lugar veo como Kang y Oleg caminan hacia a mi, con trajes de dos piezas, lentes oscuros y un aparato en la oreja derecha de cada uno, demostrando que mis órdenes tienen que cumplirse al pie de la letra.

¡Joder! ¿Cómo se me ocurrió eso? Se ven tan calientes.

Las chicas no pierden un segundo en desnudarlos con la mirada, algunas valientes tratan de acercarse pero ellos las rechazan sutilmente.

Mi Oscuro Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora