CAPITULO 06

811 90 28
                                    


Historia

Kang.

Siento que la cabeza me va a explotar en cualquier momento, no debí beber así anoche, estuvo caótico, entre la fugaz huída de mi amiga con el idiota de Oleg, tener que pedir un taxi para irme a un motel con la rubia-ni siquiera recuerdo su nombre- no recuerdo la mitad de cosas que hice ayer en realidad. El tequila se ha vuelto mi aliado todo este tiempo. En tokio no podía hacer este tipo de cosas, mi tío pudo haberme matado por esto. Pero gracias a Buda, estos americanos son más liberales.

Tengo el cabello revuelto y la playera desabotonada mostrando los músculos trabajados de mi abdomen, necesito tomar una ducha.

Me masajeo la sien mientras siento el elevador moverse, sube hacia el departamento de Val, me despediré de ella, ya que hoy viajará hacia Washington para visitar al presidente por órdenes de su abuelo.

Necesito algo caliente, una sopa de los que aprendió a hacer en México, para esta horrible jaqueca, dicen que son especialmente hechas para curar la resaca.

Lo confirmo.

Las puertas del elevador de abren, enseguida camino hacia la puerta de su pent-house, me detengo cuando llego.

Marco su número con mi móvil mientras espero que descuelgue.

—Buenos días desaparecido—habla entre divertida y preocupada.

Que raro, esta de buen humor.

Recargo mi cuerpo en la pared que se encuentra a mi lado sin dejar de hablar.

—Buenos días—digo mientras bostezo, decir que dormí excelentemente seria una mentira— ¿podrías abrir? estoy afuera.

Cuelga el teléfono sin despedirse.

Típico de Val.

La puerta se abre, enseguida veo la figura de Valentine recién bañada y con una sonrisa de oreja a oreja, algo extraño debido a todo lo que debe tener en su cabeza.

Me adentro a su hogar pasando a su lado mientras cierra la puerta detrás de mi, encuentro a Oleg bebiendo café, sentado sobre el taburete de la cocina dándome la espalda, solo con su pantalón puesto, no quiero imaginar porque esta así.

Elevo una ceja en dirección a mi amiga que me mira divertida por mi reacción.

Alza los hombros despreocupada mientras sonríe burlándose de mi.

—¿Quieres desayunar?—pregunta.

—¿Puedes hacerme una sopa mexicana para mi resaca?—pestañeo varia veces suplicando con mis manos, es algo a lo que no se resiste, hago eso siempre que quiero convencerla—por favor.

Sonrío cuando niega apuntándome con su dedo acusador.

Voltea los ojos y camina hacia su invitado conmigo a su lado.

—Casanova—saludo al hombre.

—Lee— dice serio.

Tomo asiento a su lado, me sirvo una taza de café. Le soplo un poco, ya que, esta muy caliente y pruebo un sorbo, siento el líquido recorrer mi tráquea deliciosamente.

—Bueno—Val empieza a buscar los ingredientes en el refrigerador para mi desayuno—como saben, estaré ausente dos días.

Me mira, sabe que ya lo sé.

—¿A qué hora te vas?—cuestiono.

—A las 10:00 am—habla mientras corta las verduras.

Asiento.

Mi Oscuro Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora