Capítulo 1

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Narra Paola

—¡Qué ya voy joder! —exclamo exasperada contestando el teléfono.

—¿Pero dónde rayos estás Pao? —pregunta Elisa al otro lado de la línea.

—Acabo de coger el taxi y estoy en camino a la fiesta, espérame en la entrada con Simón —le digo a mi mejor amiga y corto la llamada.

A los diez minutos salgo del taxi y le pago al chofer, cuando me doy la vuelta observo la gran casona de Dylan llena de gente y la música bien alto. A lo lejos en la puerta distingo a Elisa y a Simón, mientras me voy acercando a ellos me doy cuenta de que no están solos, están acompañados por unos gemelos y un chico.

—Hola —saludo una vez que estoy junto a ellos.

—Al fin llegaste, ya me estaba cansando de esperarte aquí estancada con tanta testosterona junta —exclama Elisa sin siquiera pararse a pensar en lo que está diciendo.

—Ya veo que hiciste un gran sacrificio —digo con sarcasmo —¿Y estos guapos quienes son? —pregunto mirando a los gemelos y al pelinegro de ojos color miel fijándome en que estos no transmiten ninguna emoción.

—Hola preciosa —me saluda Simón —este es Hugo —señala al rubio de ojos azules —este es Harry —señala a otro igual al primero que mencionó —y este es Lucas —señala al pelinegro guapo.

Juro que no he visto un hombre más mojabragas que este.

—Buenas —dice Lucas dándome un repaso de arriba abajo con esos ojos que provocan un escalofrío en cualquiera —entremos ya.

—Lo que tú digas —contesto dándole un repaso como mismo el hizo conmigo, pasando mi vista por su camisa abierta que deja que todos vean aquella tableta de chocolate.

Madre mía qué calor hace aquí y ni siquiera hemos entrado.

Sigo bajando mi mirada posándola en sus vaqueros gastados que le dan un look impresionante.

—¿Te gusta lo que ves? —me pregunta dándose cuenta de que me lo he comido con la mirada y no he dejado ni las sobras.

—Como no tienes una jodida idea —muerdo mi labio sin pudor alguno a lo que él ríe y niega con la cabeza.

Cuando entramos a la casa veo lo normal en una fiesta, gente fumando, personas borrachas y otras dándose el lote en el mismo salón. Camino al lado de uno de los gemelos hasta que llegamos a la cocina. Cuando tenemos nuestras bebidas nos vamos hacia la pista de baile improvisada y Simón como buen mejor amigo que es me saca a bailar.

—Estás muy guapa hoy —susurra mientras coloca sus manos en mi cintura y mira nada disimulado el escote de mi vestido.

—Tú no te quedas atrás —le digo subiendo un poco mi cabeza para poder mirarlo a esos ojos verdes que tanto hipnotizan.

Simón ha sido mi mejor amigo desde que estábamos en la prepa, me he enrollado un par de veces con él pero eso no ha dañado nunca nuestra amistad, los dos tenemos las cosas claras y no pasa nada más.

Bailamos hasta que mis pies no dan para más y lo dejo bailando con una rubia, me dirijo hacia un sofá que veo disponible y cuando tomo asiento mis pies me lo agradecen. Al poco rato veo a uno de los gemelos bailar con Elisa y si no me equivoco creo que es Harry. Desvío la mirada de ellos al sentir el sofá hundirse a mi lado, giro mi cabeza y me topo con unos ojos miel que me traspasan hasta el alma, él no dice nada y yo tampoco, solo nos quedamos en silencio retándonos con la mirada.

—Hola —al fin se digna a hablar.

—Ey —medio grito por encima de la música.

—¿Me vuelves a decir tu nombre? Es que se me ha olvidado.

Tenías que ser gilipollas [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora