Capítulo 3

35 19 3
                                    

Narra Lucas

Abro los ojos de golpe al sentir algo frío corriendo por mi cara y lo primero que veo son los ojos azules de Hugo, lo aparto de un empujón y me siento en la cama dándome cuenta de que todavía ando en toalla.

—¿A quién te follaste ayer? —me pregunta el chismoso de Harry entrando en la habitación.

—¿Y a ti que te importa? —le respondo levantándome de la cama y buscando en el armario un boxer.

Me cambio delante de ellos puesto que ya hay plena confianza y quiero restregarles en la cara que la tengo más grande que ellos.

—Pero que humor, parece que no te la dió con maldad —se burla Hugo.

—Vayanse a follar —les grito y empieza a sonar el timbre —joder pero si hasta diosito quiere que se vayan a follar.

—Paso, ya ayer Elisa supo satisfacer todas mis necesidades así que ve a abrir la puerta copia barata —le dice Harry a su hermano.

Hugo sale de la habitación y va a abrir la puerta, cuando ya no se escucha el incesante sonido del timbre sentimos unos pasos acercarse y entra Madison que al verme solo en boxer se sonroja, pero eso no le impide caminar hacia mí y juntar nuestros labios fundiéndonos en un beso y sin saber muy bien lo que hago le correspondió. Sus dedos se enredan entre las hebras de mi cabello pero yo la separo de mi en el instante en que me percato de lo que estamos haciendo. La verdad es que besa muy bien pero no puedo dejar que continúe.

—¿Qué hace loca? —cuestiono alzando las cejas.

—¿Nos mandaste a follar a nosotros y tú eres el que va a follar ahora? Eso no es justo —dice el tonto de Hugo mirándome con una carita de perrito abandonado.

—La vida no es justa hermanito —responde Harry por mí.

—Lo siento mucho Lucas, es que estoy muy contenta, que digo muy dema...

—Mujer acaba de decir porque estás contenta —le corta Hugo.

—Es que gané el concurso, ¿y saben cuál es el premio? —nos dice dejándonos atónitos.

—Si te digo te miento

—Es un viaje a París, donde voy a desfilar y puedo llevarlos a ustedes —da brincos de emoción y quien sea que la viera en este momento no pensaría que acaba de cumplir los 24.

—¿A nosotros? —pregunta Harry con los ojos abiertos como platos.

—Claro que a ustedes tonto —nos dice mirándonos a cada uno.

—¿Cuándo? —pregunta Hugo.

—Mañana mismo, por favor vayan conmigo, son lo más cercano a una familia que tengo —pide haciendo un puchero digno de una niña de tres años ¿cómo decirle que no?

—Está bien, iremos —cedo y ella rápidamente me abraza, por mi parte ya queda olvidado el beso, sé que soy irresistible.

—Gracias, muchas gracias de verdad —repite una y otra vez.

—No tienes que agradecernos, lo harías todo por ti, eres como nuestra hermanita  —le dice Harry sacándola a regañadientes de mis brazos y dándole también un fuerte abrazo.

—Bueno dejémonos de sentimentalismo y vayamos a comer que muero de hambre —digo cuando me pongo un vaquero y salgo de la habitación.

—Cuando no —oigo murmurar a Madi.

Una vez términos de cenar juntos proponemos que Hugo llevará a Madison a su apartamento para que haga la maleta y regresen juntos para acá para mañana ir directo al aeropuerto.

Narra Paola

Cuando dan las cinco de la tarde y el portero me avisa que mi taxi llegó salgo de la oficina y me despido de mi asistenta, entró en el ascensor y este se encuentra completamente vacío, ya a esta hora casi nadie permanece en la empresa.

(...)

Llego a mi casa y me pongo a hacer la maleta mientras hablo con Elisa la cuál está muy histérica porque no sabe que llevar.

—Solo son cinco días por Dios.

—Y tú lo dices así como si fuéramos solamente a la esquina, vamos a PARÍS —me dice como si fuera lo obvio.

—Como sea —ruedo los ojos ante su dramatismo —te dejo que necesito llamar a Simón, pronto estoy allí —corto la llamada antes de que proteste.

Marco el número de Simón y espero a que conteste pero me salta inmediatamente al buzón de voz.

—Hey soy yo, mañana te vienes conmigo a París y no acepto un no por respuesta, nos vemos en casa de Elisa. Llámame

Dejo el telefóno encima de la cama y continúo empacando todo lo que necesito para subsistir estos cinco días que pasaré lejos de casa. Una vez que está lista me dirijo al cuarto de baño y tomó una refrescante ducha que me ayuda a relajarme, colocó las manos en la pared y dejó que las gotas de agua recorran toda mi piel.

Cuando terminó voy hacia mi habitación y me coloco una ropa cómoda. Mientras cepillo mi cabello mi teléfono suena informándome de la entrada de una notificación, lo tomo y veo que es un mensaje de Simón.

Allí nos vemos preciosa.

Tenías que ser gilipollas [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora