Capítulo 11

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Narra Lucas

Al ver a Paola retirarse miro extrañado por donde se fue, no sé porque le dije eso a Hugo sabiendo que ayer pasé la mejor noche de mi vida, creo que fue como un ataque de celos al verla está mañana sentada con Stefan, es que me enfurece pensar en ellos besándose, agarrados de la mano y haciendo otras cosas para las que no se necesita ropa. No entiendo que me pasa con ella pero sé que es algo grave y que nunca antes había sentido así de fuerte.

—¿Qué quieren hacer? —pregunta Harry sacándome de mis pensamientos.

—¿Y si nos bañamos en la piscina? Ya que estamos aquí y yo estoy empapado de pies a cabeza —propone Hugo.

—Por si no lo habías pensado antes genio los bañadores están en la habitación —contesta Madi cuando se sienta en la tumbona donde antes estaba el gemelo.

—Podríamos bañarnos en ropa interior, al final es casi lo mismo que un bañador —dice Elisa y sin esperar respuesta se quita la blusa y el short dejando ver unas braguitas de encaje negro a juego con su sujetador.

Todos la siguen y se empiezan a quitar la ropa ubicándola en un rincón, Samantha al ver que no le desvisto me pregunta:

—¿Tú no te vas a meter?

—Sí, pero primero tengo que hablar con Paola.

Me dirijo a la habitación de ella subiendo las escaleras de dos en dos dándome cuenta de que lo que dije allá abajo estuvo mal, y dejando mi orgullo de lado toco su puerta.

Narra Paola

Siento que tocan la puerta y dejo el portátil a un lado de la cama apuntando en mi lista mental mandar el email más tarde. Al abrir observo a Lucas allí, joder eso me pasa por no ver por la mirilla quien toca.

—¿Qué pasa? —le pregunto recordándome en el marco de la puerta sin dejarlo pasar.

—Solo quería decir que lamento lo que dije, se que estuvo mal y no pensaba lo que decía.

—Si lo dijiste es porque lo pensabas —él le dedica una sonrisa al darse cuenta de que le robé sus palabras.

—No estaba pensando en eso, solo lo dije por gilipollas y no me dió por pensar en cómo tú te sentirías.

—¿Ahora importa lo que yo siento?

—Siempre ha importado-murmura y da un paso hacia mí.

Eso hace que me sobresalte al no esperarme esa respuesta, yo me esperaba algo así como no importa lo que sientas es solo una forma de ser cordial, pero una vez más le sorprende.

-Si eso es lo que venías a decir está bien, adiós-me dispongo a cerrar la puerta pero él no lo permite.

—Espera, todavía tengo una pregunta que hacerte.

—Hazla que no tengo mucho tiempo.

—Solo quería saber si comprobaste que no besaba mal —hace pucheros y sin remedio suelto una carcajada.

—Si lo comprobé, pero necesito refrescarme la memoria.

Sin darle tiempo a que responda me lanzo a por su boca, enseguida me devuelve el beso y empezamos a dar marcha atrás para entrar en la habitación pero choco con algo que hace que le despegue de sus labios.

—¿No era qué no tenías tiempo? —pregunta con una sonrisa burlona pintada en su rostro.

—Para esto siempre tengo tiempo.

No dejo que conteste y lo empujo para que caiga en la cama, me siento a horcajadas encima de él y muevo mis caderas sobre las del él, vuelve a atrapar mis labios entre los suyos pero esta vez es lento y pausado como si quisiera que esto durara toda la vida.

Tenías que ser gilipollas [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora