Capítulo 17

14 7 4
                                    

Narra Lucas

—¿Qué acabas de decir? —pregunta mirándome como si me hubiera salido una segunda cabeza.

—Que vengas a una cita conmigo, así te demuestro que no soy tan gilipollas como piensas.

—Nada de lo que hagas va a cambiar el hecho de que eres un gilipollas, un maldito gilipollas.

—Solo si aceptaras esta cita verías...

—No —me corta tajante —¿tú y yo en una cita? Olvídalo, eso no pasará —suelta una carcajada sim gracia y vuelve a alejarse de mí.

La maldita pelirroja contonea sus caderas y yo me quedo embobado viendo su trasero moverse mientras camina, pero yo no soy al único al que le llama la atención el trasero de Paola, puesto que un chiquillo que no pasa de los veinte años se le queda mirando como si nunca hubiera visto una mujer en su vida. Ella se da cuenta de eso y mira por encima de su hombro para ver al chico, le guiña un ojo con coquetería y este sonríe relamiendo sus labios. En un segundo estoy mirando la escena más que molesto y al otro estoy agarrando al chico por el cuello de su camisa, lo tiro al suelo sin ninguna amabilidad y lanzó un golpe que le da de lleno en la nariz haciendo que sangre al instante, el chico desgarbado con flequillo me devuelve el puñetazo, solo que este va dirigido a mi mandíbula y siento un sabor metálico en mi boca.

—Lucas, para ya —grita Paola, pero lo veo todo rojo de furia que soy incapaz de hacerle caso.

Vuelvo a golpear el rostro del chico una y otra vez con mucha más fuerza y escucho a Paola jadear.

—Vuelve a mirarla y juro que te parto algo mucho más que la nariz imbécil, ¿entendido? —murmuro cerca de su rostro.

El chico asiente adolorido y le permito levantarse para que se marche como todo un cobarde.

—Gallina —me rio y sacudo mi mano quitando un rastro de sangre de ella, pero mi sonrisa se borra de un plumazo al ver la expresión horrorizada de Paola —Hola —la saludo como si no hubiera pasado nada.

Ella da dos zancadas hasta llegar a mí y me abofetea, doy gracias que no fue donde mismo me golpeó el chico ya que esta palpita debido al puñetazo.

—¿Hola? ¿Te atreves a decir Hola? La verdad es que eres increíble —ella niega con la cabeza cabreada y bufa incoherencias.

—Lo sé —respondo ignorando el hecho de que me acaba de abofetear, ya he perdido la cuenta de cuántas veces su mano ha impactado contra mi mejilla.

—Y encima modesto —habla con sarcasmo y hace una mueca que me provoca una sonrisa —No te atrevas a reír, ¿se puede saber por qué mierda acabas de golpear a ese pobre chico?

—Eso es simple de responder, no me gustaba como te estaba mirando.

—Ya, eso puede ser fácil de responder pero difícil de entender —empieza a hablar con enfado —No es tu maldito problema quién me mire o deje de mirarme, porque si me da la real gana puedo besar y hasta follármelo. Tú fuiste el qué se comportó como un gilipollas no yo, así que no vengas aquí a creerte con el derecho de meterte en mi vida porque no lo tienes. Olvida que le conociste, que me besaste y hasta que me follaste.

Su pecho sube y baja y deja su boca entreabierta para tomar aire. ¿Ella sabe lo qué me está pidiendo? ¿Cómo voy a olvidarla si no logro dejar de pensar en ella a cada minuto? Mi mente no deja de recordarme mi boca devorando la suya mientras dos dedos entran y salen de ella con rapidez, recuerdo sus manos recorrer mi cuerpo en busca de mi placer. Maldita sea no es fácil olvidarse de una pelirroja que no hace más que aparecer en mi mente cada vez que le venga en gana.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 22, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tenías que ser gilipollas [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora