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Maizono.

El agua golpea mi rostro y fluye a través del resto de mi cuerpo. Ha costado esperar a que se ponga caliente pero merece la pena con tal de relajar mi cuerpo. Llevo todo el día intentando pensar en una idea para la maldita canción pero nada se me viene a la cabeza. Debe ser una canción de amor, como casi todas las del grupo. Pero... ¿sobre quién la escribo?

Quizás la ducha de agua caliente me ayude a inspirarme. Es aquí casi siempre donde tengo las mejores ideas. Creo que es gracias a que me relajo y mis pensamientos caen libres, convirtiéndose en letras y melodías que siente completamente.

La mayoría de mis canciones se inspiraban en amores de instituto que tuve. Breves y platónicos pero que me hicieron sentir innumerables sensaciones. Ahora no puedo componer de ninguno de ellos. Todos ya han dado de si lo que podían y no logro sacarles ni una sola idea para la canción.

Antes de rendirme pienso en Mukuro.

—¿Habrá vuelto ya?

Salgo de la ducha frustrada. No ha servido de nada quedarme allí tanto rato. Ahora tengo los dedos arrugados y las mejillas rojas por el vapor del agua, genial. Me pongo mi pijama favorito, de tirantes y color azul pastel y bajo a la cocina resoplando molesta. Una sonrisa se hace presente en mi cara al instante.

—¡Ikusaba! ¡Has vuelto!

Ella se da la vuelta sobresaltada. Parece que la he pillado por sorpresa.

—¿Qué haces?

Veo como esconde algo tras su espalda y decido ir a mirar que es. Ella, que es más fuerte que yo, me para poniendo una mano sobre el pecho.

—¿Q-Qué hace?—pienso algo incómodada.

—No lo mire. ¡Es una sorpresa!

—¿Ah si? B-Bueno vale. ¿Puedo sentarme aquí a esperar la sorpresa?

Ella asiente.

—Sí. Está ya lista solo necesito que cierre los ojos.

Me siento enfrente de la pequeña mesa que hay frente a la cocina y cierro los ojos.

Huelo algo que me resulta familiar y sonrió.

—Es una tontería pero... espero que le guste. Ya puede abrir los ojos.

Decido seguir lo que me ordena y casi muero de la ternura.

—¿Es una bolsita de té rojo y un té hecho por ti?

Es verdad que durante el trayecto al estudio de grabación al que fuimos para la entrevista le conté muchas cosas que me gustaban. Pero no pensé que se acordaría y menos que me lo trajera.

Ella asintió, respondiendo a mi pregunta.

—Me dijo que le gustaban. Lo vi... Y no pude evitar traérselo. Es... una forma de devolverle el favor por el desayuno del otro día.

—¡Ay Ikusaba! ¡No era necesario!

—Pensé que se lo debía...

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2021 ⏰

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Quiero protegerte (Ikuzono)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora