Quiero protegerte (Ikuzono)

8

Maizono.

Ayer me lo pasé genial con Ikusaba. Fue súper divertido descubrir lo que ronda por sus pensamientos de vez en cuando. Hoy es su día libre junto a su hermana así que en cuanto venga deberé despedirme. Aún así...

Me causa curiosidad su hermana...

Siempre habla de lo guapa, talentosa e inteligente que es pero... aún no se como será en persona realmente. Yoshida, mi representante, jamás me ha hablado sobre ella. A pesar de que me contó que fue ella la que consiguió que Mukuro se comunicara con nosotros para la entrevista. Debe ser alguien con mucho carácter y gran aplomo para convencerla de que haga algo que no sea estar con los ojos clavando miradas serias.

Un traqueteo insistente en la puerta suena con fuerza. Mi cabeza sale del trance en el que me encontraba hace unos segundos y me levanto.

Escucho unos pasos apresurados y más rápidos que los míos.

—¡Es mi hermana!

Mi gesto debe mostrar lo sorprendida que estoy. Nunca antes había visto a Ikusaba tan emocionada. Y menos por visitas, solía ser bastante cuidadosa en cuanto a eso.

Abre la puerta con notable alegría y se abraza a una silueta que no puedo reconocer. Me acerco para ver a la recién llegada y reprimo un grito de sorpresa.

—¡¿JUNKO ENOSHIMA?!

La susodicha se ríe de forma un tanto alocada.

—¡La misma!

—¡Junko! ¡Hermanita!

Ikusaba parece completamente diferente a su lado. Es como una niña pequeña que busca el amor de sus padres.

—¡Aparta, cerda!—grita dándole un manotazo.

Ella reprime un grito y gesticula con pena.

Yo me quedo estupefacta. No se que decirle...
A ver no es como que no la hubiera visto nunca, alguna vez habíamos coincidido en una alfombra roja pero...

Conocerla en persona y ver que era de esa forma era bastante distinto.

—¡Anda pero sí es la jefa de mi hermana! Gracias por contratar a esta idiota.—dice con su tono dulce.

Me extraña que palabras tan crueles puedan sonar bien en la voz de alguien pero algo en su voz... lo consigue.

—No es una idiota pero sí. Soy su jefa, Sayaka Maizono. Encantada.

Enoshima sonríe.

—¡Cómo para no conocerte! Eres una diva del pop. Ah y mi hermana está enamorada de ti.

Mukuro infla los mofletes molesta.

—¡N-no estoy enamorada de ella! Es mi superior, no podría hacer eso.

Río al verla protestar. Es muy graciosa cuando se enfada, incluso un tanto adorable.

—Vamos, sabes que no miento hermana querida...