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La sala queda sumida en el silencio hasta que el sonido del timbre nos saca de este.

-¿Espera a alguien?

-Pues la verdad es que no...

Ella quiere dirigirse a abrir la puerta pero yo me interpongo en su camino.

-Ire yo.

Hincha los mofletes, molesta.

-¡No! Me da igual que seas mi protectora, aún tengo derecho a abrirle a mis visitantes.

Niego con la cabeza, no puedo ponerla en riesgo.

-¿Y si es alguien peligroso?

-¡No seas idiota! Confío en ti, además si tanto te preocupa puedes venir al lado mía.

-Tienes razón, debería haberlo pensado.-admito algo avergonzada.

-Tranquila, supongo que es normal que te preocupes tanto, ¿no? Es parte de tu trabajo al fin y al cabo.-dice recuperando su sonrisa habitual.

-S-si...

Las dos nos dirigimos a la puerta pero me adelanto para poder abrir yo, ganandome una mirada de desaprobación por parte de Maizono.

Mis ojos se encuentran con unos de un intenso verde, son grandes y derrochan vida por cada costado. Esa mirada pertenece a un chico bajito, de pelo castaño y sonrisa tranquilizadora.

-¡Naegi!- grita mi superior alegre de verlo.

-¡Maizono!-exclama él en respuesta.

Pongo mi mano para impedirle el paso, aún no me fio de este chico.

-No debes pasar todavía. Señorita, ¿quién es este individuo?

-Es Makoto Naegi, íbamos al mismo instituto. Es uno de mis mejores amigos, ¿sabes?-cuenta ella mirandolo con dulzura. 

Acepto sus palabras y lo tomo como modo de saber que es realmente de fiar. Retiro mi mano, que hasta hace un momento presionaba su pecho.

El muchacho entra dedicandome un gesto un tanto confuso.

-¿Quién es ella?

-¿Te refieres a Ikusaba? Es mi protectora.

Hago una pequeña reverencia a modo de saludo.

-Es un placer conocerle.

-No hace falta que seas tan seria conmigo, Ikusaba. También es un placer conocerte.-contesta algo nervioso.

-Me alegro de verte. ¿Qué te trae por aquí?

-Pues verás... Komaru me dijo que te trajera estas flores. Ya sabes lo fan tuya que es y todo lo que le gusta poder ayudarte en lo que le sea posible.

-Aw tu hermana es súper adorable. Me alegro de que me haya regalado estas flores. Aunque no lo creas la flores son una de mis grandes inspiraciones. Me vendrán bien para la canción que estoy preparando.

-No sabía que estuvieras componiendo una nueva canción.-dice él, parece sorprendido.

-Bueno aún no la he empezado pero debería tenerla lista para el mes que viene. Al fin y al cabo estaría bien poder presentar una canción en directo.

-Ya, supongo que tienes razón. Pero ya sabes que no debes forzarte a ello. Siempre te viene la inspiración cuando menos lo esperas o al menos eso es lo que dices.

-Lo cierto es que es verdad pero tengo el presentimiento de que llegará pronto.-susurra.

-¿Te importa si te echo una mano con las flores?-propone de forma amable el chico.

Quiero protegerte (Ikuzono)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora