CAPÍTULO 36

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- HUGO -

Llevamos ya media hora de castigo y esto está siendo más aburrido que una clase de historia con Juan, un profesor que habla siempre con el mismo tono de voz y en sus clases se suelen dormir unas cinco personas de media...
De golpe se me enciende la bombilla y caigo en que a las cuatro tenía que estar en el taller de Héctor...
_ mierda... Mierda.... - pienso. Me estoy poniendo nervioso, llevo muy poco en el taller y debo ser aficiente porque me cogió por los pelos y no puedo permitir que me heche, necesito el dinero...

_ Ejem, Marcos, ¿puedo ir al baño porfavor? - por la cara con la que me mira sé que me va a decir que no así que voy a tener que improvisar... - Porfavor... Es muy urgente... - me muevo en la silla para que sea más creíble y al final me deja -

Salgo lo más rápido posible de la clase por dos razones: una, que no me quite el móvil antes de salir y dos, para seguir con el papel, así es más creíble.
Una vez en el baño marco el número de Héctor.

Un pitido, dos pitidos y... ¡Lo coge!
_ Hugo, ¿dónde estás? Hace un cuarto de hora que tienes turno - no parece contento pero tampoco mosquero del todo, aún lo puedo arreglar... -
_ si, verás... Esque me olvidé de decirte ayer que hoy no podía venir tan temprano que tenía algo urgente que hacer...
_ específica más, no te estoy entendiendo
_ pues que necesitaba hacer mi turno más tarde porque...
_ espero que me estés diciendo la verdad, no te veo muy convencido y lo que no voy a tolerar en mi trabajo es la deshonestidad...
_ vale, estoy castigado, ayer no te dije nada porque aún no lo sabía, me han castigado hoy y no salgo hasta las cinco.
_ muy bien, ves, tampoco es tan difícil decir la verdad...
_ no...
_ pues a ver, vas a tener que venir a las cinco y cuarto y recuperar todo el trabajo que has perdido, hasta que no termines no te vas a ir
_ vale, sin problema
_ muy bien, y no la lies más! - su tono ya no parece enfadado así que me tranquilizo -

Al salir del baño me encuentro a Eva, está parada junto al marco de la puerta y me mira sin decir nada. Me acerco para salir del baño sin decir nada pero me barra el paso interponiendose en el medio, entre yo y la puerta. Nuestras caras quedan muy cerca por culpa ( o gracias) a su espontaneidad.

SERENDIPIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora