En casa de Xavier y Noel, algunas cosas, muy pocas, seguían igual. Y luego de que Lucia marchase a un lugar mejor, todo pareció estar bien.
Aquel hogar era católico, y por lo mismo, las señoras del barrio habían ido a rezarle los nueve días que se acostumbraban. Y día tras día, abrían más el vacio que su presencia había dejado en aquel par de chicos.
Luego de aquellos dolorosos nueve días Xavier tuvo que volver al trabajo. Antes de todo este proceso, el fortachón bebía muy espontáneamente. Ahora, tal vez por el dolor de su pérdida, comenzó a beber más de lo acostumbrado. Antes bebía, a la semana, en total cinco copas de vino, tal vez seis. Más aún hoy, lunes, ya llevaba cuatro copas de vino, un whiskey y una copa de brandy.
Jeremías se extraño sobremanera al verle, acantonado y despreocupado de o que hiciese esa noche. Intentó seducirle una vez más pero no lo logro.
Xavier esa misma noche llevó a cinco de sus clientas a sus aposentos, sin más ni más. Cosa que no estaban acostumbrados a ver de él, el resto de sus compañeros de labor.
Así siguieron los días, las semanas i incluso los meses. El recatado hombre se fue tornando en su ser déspota y despreciable. Un bebedor compulsivo. Indiferente a todo aquello, que una vez creyó. Ya no le importaba el amor, los sueños, el bienestar de los demás y la vida, sobre todo la vida. Entre tantas borracheras, un día, intentó quitarse la vida, alegando que de nada servía estar en un lugar en el cuál el ser maravilloso que le dio la vida no existiera. Mas esa vez Noel, aun siendo el más pequeño, le mostró que era más fuerte y mas madura que él. Ese día la buena relación que llevaban los dos hermanos se agrieto. Esto poco más de cinco meses después que ella partió.
Así transcurrieron tres meses más. Xavier echo un mamarracho, la mayor parte de su tiempo. Poco a poco aquel vigoroso joven de veintidós años se iba mermando, iba desapareciendo, en aquella noches y noches de tantos excesos.
Durante los primeros seis meses el nuevo estilo de vida del hombre, colmo de ganancias a Armando, quién al ver esto, al séptimo mes, opto por elevarle el puesto a Xavier, y con esto su suelo.
Previamente a esto Xavier laboraba para un nivel tres; el cual constaba en servir sexualmente a clientas (mujeres), que buscaban a un amantes que les devolviera todo aquello que ya habían perdido: amor, deseo y sobre estas aquel hombre que las hiciera sentir hermosas, susurrándoles cosas al oído. Llevándolas al cenit, al punto más alto de su excitación. Que las hiciera sentir un orgasmo con tan solo posar sus cuerpos desnudos sobre ellas. Ahora bien, el cuarto nivel del trabajo, para algunos era una aberración, una sodomía. En este puesto Xavier, no solamente trataría con clientas mujeres sino también con algunos hombres, que pagarían muy bien económicamente a aquellos que les hicieran sentir deseados. Que les hicieran sentir que aquello que por tantos años llevaban en su interior no era malo. Que había alguien más por allí que también sentía lo mismo que ellos. Esto no le importo mucho a Xavier, pues como casi siempre estaba en un estado de ebriedad; igual le daba tener relaciones con un hombre que con una mujer.
El único mes en el cual laboro de esa manera, Xavier se dio cuenta de una verdad, una terrible verdad, que no había querido ver. Al principio creyó que no tenía importancia, que era insignificante. Que todo lo que había ocurrido desde aquel primer día en el que le vio, no era nada. Que simplemente le tenía cariño, y pena, y que uno de sus muchos pesares, se debía a la forma en la cual habían terminado las cosas. Una buena amistad, que seguramente hubiera surgido entre ambos, claro, antes de que el chico de piel canela le confesara que le amaba. Su primer error fue golpearle y dejarle marchar del hospital, aquella fatídica noche, sin siquiera dejarle saber lo que en realidad comenzaba a sentir por él: una amistad encaminada hacía algo más. Su segundo erro, el que más había padecido desde hacía vario rato era: el no atreverse a decirle nada aquel día qué le vio con aquel hombre galante y apuesto. No supo que hacer y cuando decidió hacer algo fue demasiado, pues ambos comenzaba a marcharse. Estos pesares, junto con la pérdida de su madre y todos los roces con su hermano, le impulsaron más y más a la bebida, (según lo creía él). Hasta que un buen día, Armando, harto de lo que comenzaba a hacer el translucido chico, consiguió calmarle, al menos por quince días. Y fue en este pequeño lapso de tiempo en que todo su mundo se vino abajo. Se dio cuenta de lo que hacia. En lo que se había convertido y por lo que había pasado. Fue en este tiempo en el que cayó en cuenta, lo que ocurría con Noel.

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El sabor de tu piel (gay) -Completa, en corrección-
Roman d'amourRicardo ha quedado destrozado después de su primer fracaso emocional. Él le entrego todo cuanto pudo, su cariño, su compresión, su tiempo y sobre todo su amor. Luego de un año lejos de quien sería su primer amor; Ricardo, siente que ya es tiempo...