27 [N]

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Ese día eran de esos días en donde mi madre dormía la mayor parte del tiempo. Así que no tuve muchos problemas en poder salir con Robert. Me vestí bastante cómoda, con un vestido rosa pastel que tenía bordado en los bordes y sobre ella un sweater de lana junto a unas zapatillas air force, como detalle, me coloqué unas medias que sobresalían de ellas.

Me sentía bastante guapa, la verdad.

Me deje el cabello suelto y sólo me puse brillo labial y mi habitual perfume de fresa.

Cuando salí de mi hogar un coche negro me esperaba en la calle. Me acerqué dudosa y cuando estaba a solo unos pasos la ventanilla de la puerta del acompañante se bajó.

—¿Piensas ir en cámara lenta en todo el día?

Me reí de mala gana mientras abría la puerta y me subía al coche.

—Hola para ti también— dije mientras tomaba el cinturón de seguridad y me lo intentaba abrochar.

Robert río gracioso antes de agarrar la parte trasera de mi cabeza y acercarme a él para darme un corto beso en la mejilla. Me quedé un blanco un momento, con la mano suspendida en el aire sosteniendo el cinturón.

—Hola— sonrió, mientras encendía el motor.

Parpadee dos veces, volviendo a la realidad, en el mismo momento que él comenzaba a manejar lejos de mi casa. Termine de abrocharme el cinturón y me senté bien mirando hacia el frente.

—¿Donde vamos?

—Lo verás cuando lleguemos.

Bufé.

—¿Y cuando llegaremos?

Robert alzó su mano para mirar el reloj que tenía en la muñeca.

—En quince minutos.

Apoye la cabeza en el asiento para mirar hacia arriba, quejosa.

—¿Quince? Es mucha para mi exceso de curiosidad.

—Lo lamento. Son quince— se rió de mi, descaradamente.

Rode los ojos.

—¿Puedo poner música?— me incorporé.

Él asintio e hizo un movimiento con la mano para darme permiso a tocar lo que quisiese. Prendi la radio y busque mi emisora favorita, en la cual en ese momento estaba sonando una canción de Britney.

—Por cierto ¿de donde has sacado el coche?

—Lo alquile, hasta que me vuelva.

—Oh— asentí, subiendo un poco el volumen—; ¿y cuando te vuelves?

—No lo sé.

—¿Donde vives en realidad?

—Los Ángeles.

Abrí la boca, sorprendida. Me mordí el labio mientras volvía a mi lugar y apoyaba la espalda en el respaldar.

—Lejos.

—Sí...

Mantuvimos el silencio en los siguientes minutos, hasta que Robert estacionó en medio de una carretera, justo donde empezaba lo que parecía un pequeño bosque. Apago el motor y bajo del auto antes de sonreírme gracioso.

Baje justo después de él y me acerqué a donde había ido. Estaba abriendo el maletero y de el saco una manta blanca junto a una canasta.

—¿Un picnic?— pregunté, entusiasmada.

—¿Esta bien?

—¡Claro que está bien! Nunca fui a uno. A ver, dame esto, te ayudo— tome la canasta, pero enseguida el me la sacó y me tendió la manta doblada—; ¿Sabes que puedo llevarla yo, no?

Instagram | Robert Pattinson. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora