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Mini maratón (narrados) 2/4

Estaba todo planeado. Incluso ya tenía el boleto y las maletas hechas. Y eso lo sabía porque no había perdido tiempo en mandarme una foto de una pequeña valija sobre su cama llena de su ropa.

Papá estaba un poco tenso esos últimos días, como todavía no estaba preparado para asimilar que su hija estaba saliendo con un hombre seis años mayor que ella. Pero Eliza intentaba tranquilizarlo todo el tiempo, y aunque a ella también le costaba aceptarlo no se quejaba de nada en frente mío.

Y Josh no tenía filtro, siempre hablaba de que era mi sugar daddy o que me gustaba porque tenía el amigo grande.

Era incómodo escuchar a mi hermano hablar de eso frente a mi, y sobre todo frente a mi y mi padre.

—Mm, ajam— asentí con los ojos cerrados y con el móvil en la oreja. Me estaba cepillando los dientes y cuando escupí toda la pasta dental me enjuague la boca—; ¿Cuando llegas?

—Mañana a la tarde. Voy en avión.

—¿Quieres que te pasemos a buscar al aeropuerto? Papá tiene coche.

—No, no hay problema. Me tomo un taxi. ¿Acabas de levantarte?

—Sí ¿no has escuchado que me estaba lavando los dientes?

—Sí, pero a veces las personas se lavan varias veces la boca, no solo en las mañanas. Pero ¿has visto la hora que es?

Negué y me reí internamente por eso.

«El no te puede ver estúpida»

—No ¿que hora es?

—Son la una de la tarde, Samy.

—Oh, que mal— fingí sorpresa.

—Vaga.

—Hablado de vagancia...

—Oh, mierda ¿que me vas a pedir?

—Es que verás...¿viste que yo voy al instituto?— comencé a hablar mientras tomaba mi peine de la canasta que había en los cajones. Me empecé a cepillar el cabello mientras oía como se reía silenciosamente al otro lado de la línea.

—Sí, me he enterado.

—Pues, verás...digamos que Literatura no es una de las materias que más se me facilitan....

Pensaba seguir hablando para sacarle más provecho a la situación y poder convencerlo más fácil, pero entonces me interrumpió y dijo:

—¿Quieres que te haga la tarea, no?

—Jeje, sí.

Suspiro gracioso al otro lado mientras que yo por fin terminaba mi tarea, guarde nuevamente el peine y procedí a ponerme mi crema humectante en la cara.

—Esta bien, lo haré. Pero me debes algo.

—¿Cual cosa?

—No se. Después discutiremos eso.

Sonreí mientras mi mente viajaba a mil maneras de recompensar el favor, y ninguna de ellas era de manera inocente y apta para todo público.

Instagram | Robert Pattinson. (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora