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Narra Lee.

—¿En serio eso sería un buen regalo aparte de las otras cinco?—preguntaba _____-San al borde de la confusión con su libreta y lapiz a la mano.

—¡Clarinetes!—entretanto expresaba eufórico el señor atrás de los mostradores de aquella tienda única en su haber—Apuesto a lo que sea que su  Maestro Guy estaría indeciso; son materiales de gran utilidad dentro de una boda. El cansancio, la monotonía, las peleas; todos esos problemas tienen solución con estas armas. ¿No lo cree usted?

La vista peculiar de una venta mixta de artículos ninja estaba siendo un punto fijo de atención. Era verdad, eran diversas opciones a escoger sin distinción alguna.
Miles de kunais separados, productos sellados con una etiqueta de alto riesgo y cajas con artículos que no sabía si eran armamentos legales para ese entonces.

—Pues... Yo... No lo sé...—la visión de la chica intentó enfocarme.

Elevé la mirada de inmediato ante esa acción repentina para cruzarme con ella. En mis manos posaba aún el Boken que me causó curiosidad desde que lo vi.

_____-San por su lado; y ante la situación de variedad opcional, no respondía nada para ese instante como yo.

No era el único callado y eso era bueno.

—Oh entiendo—sonrió friccionando su bigote con los dedos entretanto colocaba una de las cajas sobre la mesa—Debe ser demasiado agotador organizar una boda; más si la misma pareja lo realiza—sentenció obviando la mirada y dejando surgir ese ambiente tenso nuevamente.

El sonrojo volvió a aparecer; la inquietud de igual forma y mientras más ello se dejaba notar, era mayor el tiempo que nos atrasábamos.

_____-San me observó por unos segundos y de manera fugaz se cruzó de brazos. La sonrisa del dueño de la tienda era un imán de vergüenza e incomodidad sabiendo que vinimos en una ocasión particular.

Es más, todo este rollo surgió desde que salimos del lago con el nerviosismo a flor de piel. Apenas nos dirigimos a esta tienda de letrero llamativo y ya nos encontrábamos tan simpatizados con alguien extraño que estuvimos adecuando nuestras miradas en la misión y no en sentimientos.

Era lo inevitable.

No obstante, parece que nuestra cercanía se ha vuelto un nuevo truco o habilidad por descubrir en su efecto. Estaba siendo un complot dentro mío en el que no había pronto reparo.

Si la miraba en el transcurso, ella me lo devolvía; y para esto la seguridad de mis pisadas eran tan obtusas que las risas afloraban como una charla común entre nosotros.

O si por algún motivo nos deteníamos, deseaba poder tener la fuerza suficiente para tomar su mano y no morir agitado de esa emoción que no entendía del todo.

Ahora inclusive se me hace difícil pensar en eso sin sentir ese crispar en el cuerpo.

—N-No, no, no es eso—menciono rápido cuando el hombre intenta sonreír de nuevo—Nosotros... Somos sus alumnos...

—Interesante... Alumnos que buscan regalo de bodas sabiendo que es personal. ¡Dudoso, realmente impresionante y flipante!—ríe soltando sus brazos tensos por el trabajo ejercido y nos vuelve a observar. Apretujé los ojos por el caos obtenido tras esa respuesta ambigua—Tranquilos, no se exalten, muchachos. Apuesto que es emocionante entregar un regalo en pareja, ¿Verdad?—sonrió acertando y sacando el objeto envuelto en polvo por su carente uso.

Sí, realmente era un obsequio digno entregarlo con la persona que uno desea; aunque en este caso parece que la distancia ha marcado mucho o quizás no solo eso.

BE MINE © || Rock Lee x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora