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Volví a tomar el kunai y centrarme en el objetivo. En realidad, la visión de 180° no cabía en un espacio tan amplio como el campo de entrenamiento.

Los puntos débiles existen tal cual jutsu que se utilice en una gama extensa de hierva. Así como cada persona revelando sus emociones sin la capa de ninja.

Inhalé causando un espasmo al finalizar. Recordar lo inevitable era el motivo exacto para desistir en continuar una meta que ya estaba planeada desde que lo vi.

Pero en este caso, mis ojos estaban alistándose para una ocasión peor.

— Sasuke suele venir a la Aldea luego de un tiempo. No sé la razón; pero es algo de suma importancia — la sonrisa de Ayame se desvaneció — A lo que voy es que si él llegase, habrá dos enamorados juntos y un corazón roto... Y ya sabes quién ocupa ese último puesto —

Tragué saliva al rememorar tales palabras de la castaña.

Definitivamente no iba a permitir que Lee resulte herido.

Sé que el amor suele ser un campo de batalla si conseguir el afecto de alguien se trata; no obstante, depende de uno si continuar o dejar al destino actuar por propia gravedad.

Luego de saber los sentimientos del ojinegro, llegó a mí un momento de cólera. Empezaba a creer que sería lo mejor dejarlo a un lado.
Que él aprendiera la realidad.

Pero me arrepentí a los minutos.

De hecho, yo antes confiaba mucho en ese sentido. El destino nos ata del cuello a lo que está escrito en nuestras vidas.

Aunque sentía en parte que no era del todo así.

Renunciar solo porque él está confundido hasta el traje por Sakura, era como dejarlo morir en una misión importante.

Quería ayudarlo. Encontrarme con él y poder charlar.
Sin embargo, no lo veía desde esa vez.

— ¡Eres un testarudo, Lee! —

Pensé en las palabras de la chica de ojos pardos cuando discutieron. Esa mirada llena de furia y resentimiento por parte del ojinegro de igual forma.

¿Hasta qué punto podía llegar una persona por un amor imposible?

No lo sabía...

Un espléndido ninja en la rama de taijutsu estaba bajo los dotes de sanación de una chica con ninjutsu médico.

El taijutsu y el ninjutsu mezclados en un solo bol.
Nada mal... Pero si se le agrega la indiferencia de uno de ellos... El resultado no es nada favorable.

Y eso ocurría en Lee.

— ¿Qué hace que se aferre tanto a ella? — me pregunté a mi misma lanzando el kunai al árbol.

Deseaba tener esa respuesta para comprenderlo.
Aunque sin lugar a dudas, esto era un arma de doble filo.

Miré desganada la hierba alta y los blancos alrededor de los árboles de gran copa.
Estáticos y dañados a través del tiempo por la contínua lucha de un shinobi por el honor.

BE MINE © || Rock Lee x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora