— No puedes querer a dos personas ¡no puedes Seokjin!
— Si puedo, los quiero a los dos -tomó su mano-
— No voy a compartirte con nadie más, o eres mío o no quiero nada.
— No me hagas elegir amor.
— No puedo creer que hagas esto, pero no tienes que elegir tranquilo, yo salgo sobrando, eso es obvio así que quédate con él.
Jungkook se soltó y camino de regreso a la casa estaba cansado de tantas mentiras y engaños ya no estaba dispuesto a seguir.
— ¡Detente! -tomo su brazo- no voy a renunciar a ti.
— Soy yo quien lo está haciendo y esta vez sí es definitivo -limpio una lágrima bruscamente- te enamoraste de él en menos de un año ... ¿porqué de mi tardaste tanto tiempo? ¿soy menos que él?
— Perdóname.
— Ya déjame, estoy harto de tí.
Cuando llegó a su habitación se encerró ahí y no quiso ver a nadie ni siquiera a Seokjin quien había tocado su puerta varias veces sin ningún resultado.
A la mañana siguiente Jungkook despertó un poco tarde por la mala noche que tuvo, rápidamente se arregló y bajó hacia el comedor con la intención de desayunar.
— ¿Crees que sea buena idea viajar tantos días? ¿no tienes cosas que hacer aquí? -reconoció al instante aquella voz-
— Si, pero todo por mi novio adorado -beso sus labios-
Jungkook al verlos se quedó frío su corazón ya no podia estar mas herido, ninguno de los dos se había dado cuenta de su presencia hasta que este llegó completamente a ellos.
— Buenos días -se limitó a decir mientras hacía una reverencia-
Tanto Seokjin como Jimin solo lo ignoraron regresando a su conversación inicial.
— Prepara tus cosas porque nos vamos mañana, será muy romántico pasar juntos en la playa, prometo que te encantara -Jimin sonreía muy emocionado-
— Entiendo, siendo así nos vemos después -lo beso para después irse-
Jimin salió de la casa, pero Jungkook también planeaba hacerlo, quería irse cuanto antes, pero su debilidad hacía que desistiera y lo seguía manteniendo atado allí.
— Mañana me voy de viaje -hablo serio-
— Si, ya lo escuche no se preocupe lo prepararé todo.
Cuando Jungkook noto que su comida no estaba servida a la mesa se dispuso a buscarla él mismo dejando a Seokjin solo.
— ¿No dirás nada? -lo acorraló antes de que entrara en la cocina- ¿no intentarás impedirlo? -susurro en su oído-