Jungkook llegó a su casa muy desanimado y preocupado, en cuanto Taehyung lo vio y corrió hacia él, pensó que algo le había pasado.
— ¿Dónde estuviste? -lo tomo de la cintura- te ves muy mal ¿estuviste llorando?
— No tengo nada tranquilo -intentó sonreír-
— No me mientas ¿tu llanto tiene que ver con él?
— ... no te enojes, solo fui a ver que estuviera bien.
— Y ¿él está bien?
— No, no está para nada bien, por lo que supe perdió toda su fortuna y está por perder su casa y lo que le queda de sus bienes.
Taehyung en el fondo sabía que Jungkook quería correr a Seokjin, había intentado por meses que no lo viera ni lo recordara, pero aparentemente no funcionó y entendía que no podía ser egoísta tenía que dejarlo ser feliz.
— Creo que debes volver con él -dijo triste- debes cuidarlo.
— Tae no te pongas así -tomó sus manos-
— No quise verlo, pero no puedes vivir sin él, siempre lo tuviste en tu corazón aunque no lo mencionaras, es mejor que te vayas con el.
— ¿Ya no me quieres Tae? ¿no quieres que viva contigo?
Taehyung lo miró molesto, Jungkook sabía de sobra que él lo amaba, no cabía lugar para esas preguntas, por supuesto que Taehyung lo quería junto a él.
Ambos entraron a sus habitaciones, Taehyung por su parque intentaba convencer a su corazón que era lo mejor y por otra parte Jungkook pensaba que hacer con Seokjin, como sacarlo adelante y sobre todo como lo haría sin lastimar más a Taehyung.
Cuando Seokjin despertó noto que no estaba en su habitación si no en la de Jungkook entonces recordó todo lo que pasó la noche anterior, tomó su celular y lo llamó, no estaba razonando por supuesto sólo actuó por impulso.
Pensó que tal vez no respondería, pero sorprendentemente lo hizo ...
— ¿Seokjin?
— ... ¿estás ocupado?
— Estoy trabajando -dijo apenas-
— Perdón por molestarte -intentó cortar la llamada-
— ¿Qué necesitas? -estaba preocupado igual a como lo estuvo la noche anterior-
— Quería saber cómo estabas.
— Cómo crees que estoy después de lo de anoche, quise quedarme contigo, pero me corriste una vez más de tú casa.
— Lo siento ... no sé porque te llame, adiós.
— ¿Dónde estás?
— En mi casa.
— No vayas a ningún lado, te llevaré el almuerzo.
— No es necesario, tengo que salir y no creo que esté para el medio día.
— ... ¿a dónde vas? ¿con quién?