Celos

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Estaba frente a él una mujer peliverde, ojiazul y en efecto con cara de boba como la suya. A pesar del la cara infantil que poseía, la rabia que ella sentía en ese momento era palpable. El ambiente de su oficina era incomodo y confuso.

—¡Regrésame a mi hijo y mi esposo!
—¿Qué? —Izuku estaba sorprendido— señora, disculpe no entiendo...
—¡Deja de esconder a Bakugou y Michael! ¡Regrésamelos!
—Izuki... su nombre es Izuki —respondió molesto— lo siento pero, Bakugou está ocupado, nos está apoyando en la selección de nuevos aspirantes e Izu...
—¡Michael!
—¡Izuki está en la escuela! —no podía perder tiempo con ella— si gusta puedo pedirle a Kacchan que venga a hablar con usted. Yo no los estoy reteniendo, los dos decidieron quedarse unos días en Japón, antes e volver a Estados Unidos... según tengo entendido él no es su esposo y le dijo que los esperara allá.
—¿Quién eres para hablarme así?
—Soy el dueño de la agencia a donde llegó gritando y exigiendo verme... así que le pido que deje de faltarme al respeto y a mi oficina.
—¡Eres un idiota! ¡Siempre lo fuiste! No voy a tolerar que me quites a...
—¿Yo voy a quitarle algo? —la paciencia del ojijade se acabó— ¡Tú fuiste la que me quitó a Kacchan! ¡Tú te metiste con él cuando estaba ebrio! ¡Tú te encargaste de hacerme llegar las fotos y videos donde estabas intimando con mi novio! ¡Yo jamás te hice nada y aún así me lastimaste! Por tu culpa.... Kacchan y yo... estuvimos separados 15 años... —lloraba frustrado.
—Eres muy poca cosa para él, tú no le darías un hijo, tú no le darías una familia...
—Tú sólo le diste un hijo pero, no pudiste darle una familia ni a Kacchan ni a Izuki...
—... —la mujer guardó silencio, le dedicó una mirada de agria.

A pesar de estar muy enojados con el otro, era demasiado cómico el rostro lloroso casi infantil de ambos. Parecían dos niños molestos que hacen pucheros cuando no pueden lidiar con lo que sienten. Debía ser una imagen sería y aunque lo fuera, si alguien los viera diría que hasta se veían tiernos así.

—Iré por Kacchan, los niños regresan en una hora y media —revisó su reloj— hablen antes de que llegue su hijo y lo lastimen más.

Izuki y Katsuya descansaban en la azotea del edificio escolar, el peliverde descansaba sobre las piernas del rubio mientras éste último jugaba con sus cabellos. Parecían la replica de sus padres cuando estaban en su época escolar.

—Izuki... cuando lleguemos a la agencia debes confiar en nuestros padres.
—¿Por qué lo dices?
—Tengo un presentimiento muy extraño, es incómodo y frustrante... la única imagen que viene a mi mente es la de nuestros papás sonriendo.
—Está bien... confío en ti Katsuya —dijo con el ceño fruncido y un ligero sonrojo.
—Sabes... no quiero que te vayas —dijo al aire el peliverde— puedo ver imágenes del futuro de muchas personas, incluso tuyas... pero no puedo ver nada sobre mí y me asusta no saber si tú estás en mi futuro...
—Pero puedes verte en el mío ¿no?
—No, no puedo —su voz sonó rota— me asusta que al irte... yo llegué a entender lo que sintió mi papá al perder a Dynamight.
—Seguiremos en contacto... ademas volveré en cuanto pueda hacerlo.
—¡Sí! —sonrió como un niño pequeño— promételo —le extendió su dedo meñique.
—lo prometo —cerró el pacto enlazando sus dedos.

Izuki reía por el cambio tan brusco de actitud. Apenas momentos atrás se había comportado tan maduro para su edad y de la nada volvía a ser el "niño de papi" que conoció. Aunque sabía que debió madurar más rápido al perder tan joven a su madre y debido al trabajo de su papá, debió aprender a valerse por sí mismo; en cambio él siempre fue criado como un niño rico, nunca le faltó nada material o monetario, se acostumbró a la ausencia de sus padres pero se le concedieron muchos beneficios para llenar el vacío, aunque quisiera comportarse rudo como su padre era más parecido a su mamá en el temperamento: apacible pero voluntarioso.

Cuando Deku le había dicho que fuera a su oficina, jamás esperó ver a su ex esposa. Ahora entendía porqué del puchero del peliverde cuando regresó al área de entrenamiento. Sarah lloraba, cosa que odiaba Katsuki, no podía contra las lágrimas de ella, le recordaban a las de Midoriya.

—Por esto mismo te pedí que esperaras... —dijo cansado— no quería que te lastimaras inútilmente.
—Obviamente tenía que venir por mi esposo e hijos...
—Sarah ya no soy...
—Tú sabes qué yo no firmé nada.
—Y el juez dio el fallo a mi favor, así que no importa si firmaste o no los papeles, entiende de una maldita vez ¡ya no estamos casados!
—Entonces me llevaré a mi hijo para que puedas hace tu vida con el idiota de Izuku.
—No será posible...
—¿Qué? ¡Yo tengo la patria potestad!
—En tu maldito país, Estados Unidos... pero nos encontramos en Japón y...
—No es ciudadano, ¡no puedes...!
—Jamás me permitiste darle la puta ciudadanía —sonrió cínico— ¿Creíste que solo me iba a quedar para cogerme a Deku a todas horas? ¿Crees que somos tú y tu nuevo novio?

Sarah lo miraba colérica quería golpearlo pero se contuvo. Katsuki sonrió de nueva cuenta victorioso. La discusión había terminado, o eso creyó él.

—Debí haberlo abortado...
—¿Qué? ¡No te atreva a decir eso a estas alturas! —recriminó.
—¡Sí! ¡Debí haberlo abortado! No sirvió para retenerte, pensé que por lo menos saldría con tus habilidades ¡pero no! ¡resultó ser un quirkless inútil!

Katsuki estaba en su límite, no permitiría que hablara así de su hijo. Lanzó una bofetada que no llegó al rostro de la mujer sino, a un pequeño rubio que lloraba más por lo que había escuchado que por el golpe recibido.

—¡Izuki! —intervino Katsuka— ¡son unos idiotas, como sea que lo hayan tenido ¡él está aquí con ustedes! —estaba colérico, tanto que activó su quirk "telequinesia" sin darse cuenta y alzó a los mayores— lo han lastimado desde pequeño y siguen haciéndolo ¡qué clase de padres son!

Los adultos comenzaron a quedarse sin aire, mientras que el joven no podía controlarse, ver y escuchar lo que su madre ahora decía de su hijo lo descolocó, para él era abominable, siempre tuvo una familia amable y cariñosa así que no concebía un trato así para el rubio menor.

—¡Katsuya!

El grito de su padre lo hizo volver en sí, ambos adultos cayeron al suelo, respiraba a bocanadas para recuperar el aire. El pequeño peliverde miraba la escena Dynamight y la mujer intentando respirar, Izuki asustado y su padre viéndolo molesto.

—Lo... ¡lo siento! —dijo rápidamente— Izuki, por favor no te asustes —lloraba— Dynamight, yo no quería...

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¡Al fin! ¡Tiempo libre! No, no me mató el estrés sino el mundo de cosas que tengo que hacer (y que es lo que me causa estrés) soy maestra así debí preparar clases, revisar tareas y a la loca de mí se le ocurrió entrar a 16 cursos online que deben terminarse el 4 de abril (vi gratis y dije: ¡va!), debo terminarlos porque si no quedará un récord negativo en mi historial del trabajo 😥

Pero bueno ya está el nuevo cap, espero sea de su agrado, el drama se lo deben a Given y a Yonezu Kenshi 👌🏻😉

Lo arreglaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora