Han pasado exactamente 3 años desde que Naruto Uzumaki y el Sannin Jiraiya dejaron Konoha para iniciar un viaje de entrenamiento, pues el chico debía aprender a controlar el poder Kyūbi y desaparecer del mapa para que la organización de criminales rango S, Akatsuki no lo encontrara.
Ahora mismo podemos observar el portón rojo de la aldea, donde están dos de los Shinobi más 'responsables' de toda la aldea de Konoha, los cuales se están echando una pequeña siesta.
En ese momento Izumo comenzó a despertar para ver como tres personas se acercaban, dos de ellos los pudo reconocer de inmediato, así que procedió a despertar a su compañero Kotetsu.
- Vaya, al parecer Jiraiya-sama y Naruto han regresado de su entrenamiento -dijo Izumo al recocer a dos de las persona que se acercaban a la entrada- que extraño, hay alguien que los acompaña -menciono el al notar a la tercera persona que los acompañaba-.
- ¿Y quien es esa persona que los acompaña? -pregunto Kotetsu que bostezaba, pero su compañero no le respondió- ¿Izumo, que pasa? -volvió a preguntar pero nuevamente no le respondieron. Luego Kotetsu noto que la cara de su compañero tenia una expresión de como si hubiera visto algo que lo dejo impactado-
- K-Kotetsu...¿tu c-crees que los...Á-Ángeles existen? -dijo Izumo que no podía creer lo que veía, mientras que su compañero le respondió con un simple 'no'- pues...creo q-que si existen -sin mas que decir, Kotetsu se levanto para ver lo que su compañero le señalaba y de inmediato quedo impresionado con lo que ve-.
Frente a ellos una hermosa chica de cabello rosa se acercaba a la aldea, de piel blanca, facciones delicadas y unos hermosos ojos verdes. La chica traía un vestido de color blanco, el cual dejaba libre la parte de los hombros, dejando ver un gran escote y unos pechos copa D, una pequeña cintura y de largas piernas y torneadas piernas las cuales eran cubiertas por unas largas mallas blancas, las cuales eran apenas cubiertas por una mini falda. Lo que mas destacaba a esta chica eran unas hermosas y curiosas alas rosas en su espalda.
Ambos Shinobis de Konoha se miraron desafiantes para después salir corriendo con la intención de atender a la hermosa joven, pero nunca contaron con que ella viniera abrazando el brazo de Naruto.
- Vaya chicos, esto si es un recibimiento jejeje, no espere que vinieran hasta aquí para saludarme, seguro que me extrañaron -dijo el rubio sonriendo a los Shinobis que no le hacían caso- ¿chicos? -menciono Naruto muy confundido-
Naruto ahora vestía una chaqueta Naranja con la parte superior negra, su banda Shinobi era negra y sus pantalones naranjas con una franja negra. El rubio se miraba más alto y más maduro. Pero eso no les importo a Izumo y Kotetsu, su atención estaba fija en la hermosa chica que acompañaba al rubio.
- ¡Sea bienvenida a Konoha, linda señorita! -dijeron los dos Chūnin para luego verse de forma desafiante-.
- ¡Olvídalo Kotetsu, yo vi primero a esta belleza! -grito Izumo a su compañero-.
- ¡Jamás, esta bella dama merece un caballero como yo! -respondió Kotetsu que se preparaba a lanzarse a golpes-.
- Oigan ustedes dos -hablo Naruto llamando la atención de los dos Chūnin- no se si se habrán dado cuenta, pero ella viene conmigo -señalo el como la pelirosa abrazaba su brazo, luego volteo para ver a la chica- ¿como te sientes Ikaros-chan? Fue un largo viaje para llegar a la aldea -pregunto el ojiazul-.
- Me encuentro bien, Masutā (Maestro) -menciono la pelirosa de forma neutra-.
- Cuantas veces te he dicho que no me llames así, solo llámame por mi nombre -dijo el rubio, desde que conoció a la joven, ella no ha dejado de llamarlo como su maestro-.