Es una mañana tranquila en Konohagakure no sato, en estos momentos Naruto Uzumaki comenzaba a despertar de su sueño al escuchar el despertador, el rubio un poco molesto busco el dichoso aparato con la mano para apagarlo. Mientras buscaba el despertador Naruto toco algo muy grande, redondo y a la vez cálido, eso causo que el rubio se pregunte qué era eso y de paso abrió los ojos y vio que lo que tenía en su mano era uno de los pechos de Ikaros que estaba sentada en la cama esperando que el despertara.
- ¡AAAAAAAAAHHH! -gritó Naruto aterrado ante la situación y de inmediato quito su mano del pecho de la Angeloid que tenía un leve sonrojo en su rostro-.
- Buenos días Masutā -saludo la chica con ese pequeño sonrojo en su rostro-.
- ¡L-Lo siento mucho Ikaros-chan... y-y-yo no sabía que, digo...este veras...! -Naruto comenzó a balbucear palabras incoherentes por lo que acaba de hacer, pero al parecer a la Angeloid no le afecto nada-.
- Ocurre algo... ¿Masutā? -preguntó Ikaros sin entender el por qué su maestro estaba tan nervioso-.
- Este... la verdad... ¿no estas enfadada conmigo? -pregunto el rubio avergonzado de lo que hizo mientas que Ikaros ladeaba la cabeza sin comprender de lo que decía su Masutā- Digo, acabo de... tú ya sabes -señalando el pecho que le toco a la chica-.
- ¿Acaso debería estar molesta con usted? -preguntó Ikaros con mucha inocencia-.
- Bueno... pues cualquier chica en tu lugar se molestaría con alguien que las toque sin su permiso -explico Naruto apenado-.
- Yo jamás me podría molestar con usted Masutā, solo fue un accidente -declaró Ikaros sorprendiendo a Naruto y al mismo tiempo- ahora me retiro, debo preparar el desayuno -mencionó la chica bajando de la cama y caminando lentamente hasta salir de la habitación-.
- A veces se me olvida que Ikaros-chan no es como las demás chicas que conozco -decía Naruto que se alegró de que la Angeloid no se moleste con él, luego se puso rojo en recordar de que acaba de tocar unos de los pechos de la chica- ¡demonios, no puedo quitarme eso de mi cabeza! Es una suerte que Ero-sennin no estaba presente.
- Yo que tu no contaría con eso -dijo una voz que causo que el rubio se asuste al reconocerlo- realmente envidio tu situación Gaki, jejeje.
- ¡Ero-sennin! -grito Naruto viendo a Jiraiya desde la ventana de la habitación, y para empeorar las cosas, el Sannin estaba con su fiel libreta anotando como loco- ¡Que estás haciendo tu aquí!
- Solo vine a ver qué estaba haciendo mi alumno favorito y de paso sentirme orgulloso de ti -respondió Jiraiya con su sonrisa pervertida y sin dejar de escribir en su libreta- nunca pensé que le harías esas cosas a Ikaros jejejeje, como desearía estar en tu lugar y tocar esos hermosos montes divinos.
- ¡CIERRA LA BOCA VIEJO PERVERTIDO! -grito el rubio que le dio un fuerte golpe al rostro del Sannin para así mandarlo a volar- ¡Y QUE TE QUEDE CLARO, FUE UN ACCIDENTE, UN ACCIDENTEEEE! -luego de eso cerro la ventana para vestirse e ir a desayunar-.
Minutos después de mandar a volar a Jiraiya lejos, Naruto llego a la cocina en donde Ikaros le preparaba el desayuno, una vez en la mesa el rubio quedo maravillado por el gran banquete que le preparo su querida Ikaros.
- Wooow, sí que preparaste mucho Ikaros-chan -dijo Naruto por todo lo que preparo la Angeloid- por cierto, ¿en dónde sacaste las cosas para preparar el desayuno? -pregunto el sabiendo que aún no compraba mercadería para el refrigerador-.
- Me levante temprano a comprar unas cosas para el desayuno, y los vendedores me lo regalaron todo eso -mencionó la chica señalando demasiadas bolsas detrás de ella-.