El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

8: Me Niego Rotundamente

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Me niego rotundamente

Juan José

—No.

Mi padre está loco, si cree que hare lo que a él se le antoje.

—Pues creo que tendrás que obedecerlo o no habrá presidencia—me repite como por octava vez en el día mi mejor amigo.

Acabamos de salir de su oficina y ahora estamos en el pasillo.

—No aceptara.

Levantó una ceja con escepticismo, cuestionando la veracidad de mi afirmación.

— ¿Cómo estas tan seguro?

—En su mirada ahora tiene esa pizca de prepotencia y algo más.

—Yo digo que se ve muy atractiva ¿No?

Lo miro serio y el suelta una carcajada.

—Ella ya tuvo que haberse olvidado de todo—continua diciendo—. Al fin y al cabo la buscaras por trabajo, eso los beneficiara a los dos, no es como si estuvieras pidiendo su ayuda. Pero si la chica aun llama tu atención...

—En absoluto.

El ríe nuevamente haciéndome suspirar estresado.

—Recuerdo que la mayoría de veces que has estado ebrio, miento realmente no ha habido una sola vez en la que no hables de ella—dice—. Y cuando la alagaste el otro día que salió en primera fila al mejor empresario Colombiano, dijiste que estaba tan preciosa y que...

—Cállate.

— ¡Lo dijiste!

—Basta.

—Tu decías "Que linda esta, con el pasar de los años se puso más Buena"—dice tratando de imitar mi perfecta voz.

—Yo no hablo así.

Se cruza de brazos.

—Entonces admite que si dices eso.

—No.

—Entonces, ¿Cuándo vas a programar cita para hablar con ella e intentar llegar a un acuerdo?

—Tal vez no lo haga, no quiero involucrarme con ella. Además, ¿Qué tiene que ver una empresa de maquillaje con una de ropa? Nada.

—Mi querido Juan José, pareciera que no fueras un López, hasta una niña de cinco años te podría responder esa pregunta tan absurda, así que en eso si estas equivocado.

Lo miro indignado.

—Ilumíname.

—Póngase a pensar, las mujeres de hoy en día les gusta combinar su ropa con su maquillaje, así que la verdad, la verdad, si tiene mucho que ver una cosa con la otra.

—Tienes razón—dije

— ¿Hago o no la llamada?—pregunta de nuevo.

La verdad no creo que ella quiera tener una conversación civilizada conmigo después de lo que pasó hace años.

—Me niego rotundamente.

Él se carcajea como por octava vez.