El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

35: Nervios

35

Nervios

Alejandra

No sé qué paso por mi cabeza en el momento en que dije que lo hacía, solo sé que haría cualquier cosa con tal de ayudar a mi chico y a su hija.

Un portazo fuerte se escucha cuando me encuentro dentro de la habitación de Juan José en la casa de sus abuelos. Esta habitación me trae amargos recuerdos pero aun así lo soporto por el simple hecho de que Mariana ahora me cae de maravilla y está enamorada de Alexander.

Solo por eso.

—No tienes que hacerlo si no quieres...

—Si quiero. Te amo y eso me basta para poder ayudarte—es lo que respondo.

—No es tu obligación, no quiero presionarte...—se acerca y pone un mechón de cabello detrás de mí oreja.

— ¿No te quieres casar conmigo? Digo, yo te quiero ayudar...

—Créeme que lo que más quiero es hacerte mi esposa y tenerte a ti y a Flor conmigo. Pero no así. No de esta manera—suspira sobre mis labios—. Y aunque...

—Tenemos años de conocernos.

—Si pero no de llevarnos. Y no quiero que te decepcione algo de mí y en cualquier momento tú...

Junte mis labios con los suyos sin dejarlo hablar más me presione contra el para sentirlo, me prendía su manera de preocuparse por todo y esto es lo que ocasiona el en mí.

Sus manos rodearon mi cintura presionándome también. Me dio paso a su cavidad bucal para comenzar una guerra entre quien tiene el control del beso, claramente lo tiene el por que con solo sentir sus labios sobre los míos mi cordura se pierde.

—Te amo—susurre cuando logre separarme de sus labios—. Y tenemos lo necesario para estar juntos. Estabilidad económica de sobra, nuestras familias se llevan muy bien, adoro a Flor además, de que es una niña encantadora. Y nunca he podido pensar en otro hombre que no seas tú—Nos quedamos así cerca abrazados—. Señor López, ¿me haría usted el honor de casarse conmigo y dejarme ser la madre de su encantadora e increíble princesita?

El no responde así que continuo.

—Y dejarme hacerte el hombre más feliz. Bueno, al menos lo que este a mi alcance, pero hay algo de lo que estoy completamente segura—sonrió—. Nunca alguien me había hecho sentir de esta manera. Y tú con solo mirarme haces que me tiemblen las rodillas.

Sonríe.

—Joder—sus ojos se humedecen un poco—. Acepto casarme contigo, socia.

—Me haces la mujer más feliz.

—Eres demasiado buena para mí y eso me asusta de sobre manera. Pero hare todo absolutamente todo para que la confianza entre nosotros sea siempre por delante. Te lo prometo bonita.

—Te lo prometo yo a ti también—lo beso—. ¿Sabes? Si tenemos una buena opción.

— ¿Cual?

—Podemos casarnos por lo civil y tiempo después casarnos como verdaderamente debemos—la verdad mi sueño es casarme por la iglesia pero lo ayudare con esto a el—. Me refiero a la iglesia.

—Como tú quieras está bien, preciosa—me besa—. Mientras sea contigo, está bien.

—Así será entonces.

—Así será.