El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

34: Mi chica

34

Mi chica

Juan José

Estar solos en la habitación de Alejandra después de cenar y sin que su familia ponga "peros" es otro nivel. Claramente en mis planes no está tener sexo aquí, pero esa falda que trae me está volviendo loco.

Repitete Juan...

Es la casa de la familia de tu novia no debes seducirla, no aquí.

¿Novia?

— ¿Qué tanto piensa esa cabeza tuya?—me observa mientras se quita sus sandalias.

—Quiero acariciar esos muslos adoloridos.

Me acerco para besar su frente mientras cierra los ojos.

—Tu olor masculino me encanta—dice abrazándome por la cintura.

—Eres preciosa—le observó sus grandes ojos color miel, llenos de largas pestañas. Su pequeña nariz y sus carnosos labios me están volviendo loco.

Todo de ella me gusta.

—Ya lose.

Sonrió y tomo su rostro en mis manos acunándolo para besarla lentamente.

Él sabor de sus labios es... Son deliciosos.

Mis manos se posan en su pequeña cintura para pegarla más a mí. Terminó mordiendo su labio inferior y ella sonríe después de eso.

—Ahora eres mi chica.

Abre los ojos en sorpresa y luego se sonroja.

—¿Tu chica?—arruga la entre ceja—. ¿Qué significa eso?

—Ahora eres mi novia—digo dejando un tierno beso en sus labios.

Su expresión se vuelve de confusión y me hace reír.

—Pero si no me has preguntado—ella gruñe y yo le rodeo la cintura.

—Es obvio que quieres ser mi chica—la observo—. Estas loca por mí.

Le acaricio el cuello con mi nariz y la escucho suspirar.

—Eres un presumido y también eres un...—su voz quedo en hilo cuando comencé a chupar su cuello dejando este con un tono rojo sacándole un jadeo.

—Ahora estas marcada. Eres mía—ella me golpea el hombro y yo gruño.

—Eres un posesivo. Esto se verá fatal mañana—se toca el chupón que deje a mitad de su cuello debajo de su oreja—. No soy tuya.

—Oh créeme que lo eres, bonita.

La beso como si fuera la primera vez que lo hiciéramos, con deseo y pasión. Mis manos tiemblan al tocar el escote de su espalda, tengo miedo de romperla siendo tan pequeña y hermosa. Quisiera guardarla en una cajita de cristal y protegerla.

Pero conociendo su genio, termina rompiendo la caja y estrellándomela en la cabeza.

Sonrió sobre sus labios y ella se separa.

— ¿De que te ríes tonto?—besa mi mejilla.

— ¿Quieres ser mi novia?—ella abre la boca y la cierra rápidamente bajando la mirada al suelo—.Vamos ni que fuese tan feo como para que me rechaces así...

—Si.

—Ósea que si soy feo, vaya eso no me lo...

Junta sus labios con los míos haciéndome estremecer. Sus manos van a mi cuello y las mías a su cintura intensificando el beso. Muerde mi labio inferior.