El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

24: Patada baja.

24

Patada baja

Loren

Dos semanas antes

Me despedí de Alejandra antes de que se fuera al aeropuerto y volví a mi trabajo. Tengo muchos problemas en este momento y no pude acompañarla a Hawái por dos de ellas.

La empresa y mi madre.

Es difícil no llorar cada noche sabiendo que mi madre está en el hospital con un tiempo límite de vida, bueno, pues esa es mi historia en estos momentos, unos días llenos de trabajo y una vida por tratar de llevar, soy la vicepresidenta de la empresa que Alejandra y yo construimos.

Sinceramente, sin ella nuestra empresa no sería lo que hoy es.

Termino a las doce en punto unos documentos que tenía que leer detenidamente y salgo de mi oficina para ir a comer. Doy pasos largos hasta el ascensor, espero a que llegue.

Alguien llega junto a mí.

—Señor Rodríguez—saludo al rubio con cabello largo tipo tarzán.

Si, luce terriblemente guapo.

—Señorita Salinas—saluda—. Necesitaba hablar con usted.

—iré a almorzar, pero apenas vuelva Podemos hablarlo.

El niega.

—Necesito hablarlo ahora—espeta.

—¿Finalmente aceptara salir conmigo?—bromeo—. La verdad es que ya no estoy disponible.

Llevaba exactamente más de nueve días y dos horas bromeando sobre salir juntos, pero ayer me decidí dejarlo que viniera por sí solo a mí, y al parecer manifestar al universo si funciona.

Él sonríe socaron.

—Es sobre trabajo—Se acomoda su traje.

Patada baja.

Me clavo la estaca justo en mi ego, ¿Qué le pasaba a este hombre? Ya había intentado seducirlo he invitarlo a salir, pero simplemente es no colaborada.

— ¿Podemos almorzar juntos? Si quieres, solo si quieres—Auto control.

—Si claro, por mí no hay problema.

Entro con él al ascensor y maldigo que el espacio sea tan pequeño este hombre me calienta solo con verlo, tenerlo así de cerca es tentador.

Suspiro fuertemente.

— ¿Día difícil? —cuestiona.

Pero no me mira su vista está en su teléfono.

—Solo problemas personales.

—Soy bueno escuchando—se acerca mas provocando que nuestros brazos se toquen.

Oh por favor no hagas eso.

—Mi madre...

El ascensor se detiene y en la pantalla que marca el número de piso comienza a parpadear.

—Oh no—habla Ángel golpeando la pantalla.

— ¿Qué sucede?—Me comienzo a poner nerviosa.

El ascensor se detiene y la luz se vuelve opaca.

—Estamos atrapados.

Mierda, soy claustrofóbica.

Yo que pensaba que el día no podía ir peor.