El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

2: Llamadas Difíciles

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Llamadas Difíciles

Alejandra

Cuando desperté al día siguiente después de no haber podido dormir por la incomodidad de mi muñeca, me levante con unas ojeras de infarto que hace mucho no veía.

Hice lo que pude para bañarme logrando que no me quedara jabón en ningún sitio. Me coloque ropa cómoda para no tener problema más tarde para ir al baño. Conociéndome termino llorando en una esquina porque no soy capaz de subirme los pantalones.

Mi desayuno estaba delicioso. Termine con una mordida a mi tostada y escuche el timbre, masticando mi tostada me dirigí hacia la puerta mientras torcía los ojos por algo que decía mi mama sobre los teléfonos celulares. Trague entero mis tostada y comencé a toser, no podía ser...

Era Juan. Llevaba unos vaqueros negros a su medida y una camiseta roja que hacía ver bien su plano abdomen de chico recién iniciando la universidad. Se me seco la boca. Culpa de las hormonas. Se veía muy guapo y mi manera de mirarlo lo hizo sonreír.

— ¿Quién es? —esa fue mi abuela. Mi burbuja de encantamiento desapareció.

—Es Juan.

Logre decir, estaba sorprendida ciertamente, pero no entendía mi nerviosismo, solo es un chico.

— ¿Puedo pasar?—el hace una sonrisa tierna.

—No—bromee y él sonrió—. Pasa, estás en tu casa.

El rio y me pareció el sonido más encantador.

Lo único que hice fue hacerme a un lado para dejarlo pasar. No tenía la menor idea de por qué estaba aquí, ya suficiente tuve con verlo ayer todo el día ¿Acaso no tiene casa? Oh, sí le dije que estaba en su casa.

— ¿Qué hace aquí?—cuestione cuando llegue junto a él.

—Vine a cuidarte—dijo—. Tengo algunos días libres, podemos ver una película.

Lo dijo más como una afirmación que como pregunta así que lo guie a sentarse frente al televisor.

Cuando la película termino, decidimos pasar a comer algo que mi abuela había preparado. Juan hacia caras de gusto y realmente me causaba gracia, en una hasta lo escuche suspirar.

— ¿Esta bueno?

—Si—respondió—.Gracias Señora Alicia esta delicioso todo—volvió a meter otra cucharada a su boca.

—Me alegra tanto eso Juanito, pero dime solamente Alicia— ¿Juanito? ¿Solo Alicia?—. Aquí puedes venir todos los días, yo feliz de ver que se coman todo—Ella me miro y supe que esa indirecta era para mí.

Mastico rápido antes de decir;

—Me siento indignada.

— ¿Por qué? —pregunta el.

—Yo siempre me como todo.

—Eres una mentirosa, apenas y comes.

Me encogí de hombros.3

—Que no coma no significa que no me guste tu comida.

>><<

Pasaron los días y con ello casi dos semanas, Juan había venido frecuente y me daba mi medicina y me cambiaba la venda. Incluso me recomendó unos libros buenos para entretenerme ya que no podía salir a correr como antes.

Era muy atento, su familia debe sentirse muy orgullosa por tener un hijo tan caballeroso.

La tarde había transcurrido en leerle una receta para un pastel a mi abuela y ella se movía por toda la cocina. Cuando dejo el pastel dentro del horno y quería huir a mi habitación me interrumpe.

—Ve a donde don augusto y dile a Juan que venga, lo necesito—hice un puchero para negarme y ella se me adelanto—. Solo es a dos casas. Corre que se hace tarde.

— ¿Tarde para...?—me saco a empujones de la casa y cerró la puerta.

Camine arrastrando los pies por el suelo y un vecino que paseaba su perro me miro raro por lo que decidí mejor alzar los pies y llegar lo más pronto posible a la casa de Juan.

Que chismoso.

Al llegar a la puerta dos pequeños golpes sonaron y escuche pasos. Cuando la puerta se abrió pude contemplar a una chica preciosa, tenía unos ojos verdes como esmeraldas, cabello rubio y un cuerpo de infarto.

—Hola ¿Necesitas algo?—Me saludo y pregunto sonriéndome amablemente.

—Hola buenas tardes, necesito a juan José. Dile que mi abuela Alicia lo mando a llamar—Aclaro.

No quiero que hayan malos entendidos.

—Sí, dame un minuto—se giró—. ¡Amor! acá hay una chica que dice que te necesita—abrí los ojos ante la impresión

¿Amor? Si. Dijo amor.

Con que tiene novia el Juanito.

El individuo llega a la puerta, la rubia lo besa en los labios y luego se va. Siempre Prefieren a las rubias.

—Alejandra que sorpresa—Juan se posicionó frente a mí cuando la chica se alejó—. ¿Qué ocurre?

—Mi abuela te necesita y realmente no sé para qué.

—Está bien.

Solo caminamos por medio minuto y llegamos.

— ¡Llegamos abuela!— grite, rápidamente subí a mi habitación y me encerré.

No salí de allí durante toda la mañana, solo lo hice para comer y realmente tampoco quería ver a mi vecino, saber que tiene novia ahora me hacía sentir un poco más insegura con respecto a él y la poca cercanía que teníamos. ¿Normalmente los hombre ocultaban que tenían pareja? Bueno, es que realmente no le había preguntado.

Si estoy un poco incomoda, no sé por qué pero realmente no me agrada la idea de pensar en Juan con novia y yo en mi casa con una mano disfuncional.

>><<

Horas después mi madre llego a casa. Estábamos riendo y compartiendo con los abuelos, todo marchaba de maravilla. Mi abuelo había traído una donas de la panadería y estaban deliciosas.

Mi hermana Luisa de tan solo ocho años nos contaba sobre una niña en internet que creaba videos sobre su vida cotidiana y que ella quería hacer lo mismo, pero mi madre a duras penas la dejaba usar el televisor una hora al día.

El teléfono de mi madre comenzó a sonar y por su expresión supe quién era. Mi padre.

Ella contesto y se fue a su habitación a tomar esa llamada que cada día para ella se volvía más y más difícil, yo sabía para que era esa llamada, era para hablar sobre mi futuro.

Al principio lo tomaba como algo normal pero el pasar los años se me hace todo muy difícil para mí pensar que quizás en menos de un año estaré a miles de kilómetros de mi familia, me llena la cabeza muchas cosas.

Mi cabeza es un remolino en estos momentos. Primero lo de Juan con su novia y ahora la llamada de mi padre. No me refiero a algo malo, solo que de alguna manera si me había hecho quizás un poquito de ilusión con Juan Jose, enterarme que tiene novia me molesto.