Reencarnado en una Princesa

Capítulo 1 - Volviendo a Nacer

Esta historia, comienza con una ciudad común, asediada por el calor de nuestra estrella solar, y plagada de todo el ruido causado por la constante actividad tanto durante el día como por la noche

Una ciudad completamente normal, dónde se encuentra un chico como cualquier otro, y así como todos, este chico tenía sus propios problemas con los que lidiar

En el consultorio

Doctor - eso sería todo joven, puede retirarse

Mencionó el doctor en la habitación mientras retiraba una especie de suero intravenoso

Chico - *cof* gracias doctor. Lo veré la próxima semana

Expresó el chico mientras intentaba levantarse de su asiento con una incomodidad notoria, aunque lográndolo  igualmente

Doctor - parece que estás lleno de energía jaja

Chico - jeje, siempre me han dicho que soy hiperactivo

Doctor - (suspiro) si supieras la cantidad de gente que he visto derrumbarse durante el tratamiento...

Chico - no se preocupe doc, estaré bien, siempre lo estoy

Doctor - mantén siempre el ánimo chico, no te des por vencido

Chico - entendido, nos vemos doctor, que tenga un buen día

El chico salió del consultorio, encontrando a algunas personas alineadas en un pequeño pasillo exterior a la habitación, recibiendo un tratamiento similar al que él acababa de terminar

Chico - nos vemos muchachos

Hombre - nos vemos chico, mucho cuidado allá afuera, la gente cada día está más loca

Hombre 2 - y que lo digas

Chico - está bien está bien jaja, espero verlos la próxima vez

Sin más, el chico siguió avanzando por los laberínticos pasillos de la instalación, dispuesto a regresar a casa. Por el camino, fue capaz de presenciar a un montón de personas completamente diferentes, desde pacientes hasta enfermeros incluso pasando junto a algún que otro doctor con prisa, no cabía duda de que el lugar era un hospital

Chico - maldita quimioterapia...

Expresó el chico mientras apreciaba como grandes mechones de su cabellera caían con solo la fuerza de un ligero toque

Chico - mmm, Tal vez debería raparme...

Fue su último pensamiento antes de finalmente salir del lugar, presenciando de nueva cuenta el mundo exterior. Dando lugar a una vista de grandes e imponentes edificios, bañados enteramente por la luz naranja del atardecer, luego estaban las casi siempre ruidosas calles urbanas plagadas de automóviles, que no hacían más que ir de un lugar a otro sin parar, trayendo consigo un intenso ruido junto a algún que otro rastro de contaminación, para finalmente llegar a la acera peatonal, dónde... Bueno, transitan los peatones cuyo transporte no es otro que sus propios pies

Chico - (suspiro cansado) que hambre

Habló el chico para sí mismo mientras se disponía a marchar directo a su propio hogar

Brrrrr brrr

Rápidamente el chico se percató del aviso del repentino aviso de su teléfono, el cual vibrar en señal de aviso ante una llamada entrante

Chico - hola?

Contestó rápidamente

??? - hola bro, ¿Cómo estás?