Primer Contacto

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      Un pitido atravesó su mente. Hebras de conciencia se entretejieron en pensamientos confusos. Una mosca pasó zumbando por su oído, lo suficientemente fuerte como para ahogar los tonos inusualmente suaves de su despertador. Él frunció el ceño. ¿No se había parecido siempre a una guerra el despertar en casa? Esta mañana, su oponente no parecía digno.

     Cuando Naruto abrió los ojos al mundo, el dolor atravesó su cráneo y la luz inundó su visión. Este no era su hogar. No podía ser, porque siempre cerraba las ventanas y cortinas antes de irse a dormir. Lentamente, sus ojos se adaptaron al brillo y comenzó a ver contornos borrosos de personas de pie alrededor de su cama.

     Entonces volvieron los recuerdos.

     -Bien, estás despierto. La voz no le resultaba familiar y Naruto estiró el cuello para ver al hablante.

     Sasuke junto a Rai, se pararon junto a el con los brazos cruzados, el Uchiha luciendo tan impasible y decidido como siempre. Sin embargo, cuando Naruto intercambió intercambio miradas, los labios de Rai se movieron hacia arriba. No necesitaban palabras.

     El Equipo Siete había sobrevivido, todos ellos.

     -Chicos necesito hablar solo con su compañero de equipo, y Uchiha dile a tu madre que sensei manda saludos-

     Naruto se hundió tan profundamente en su cojín como pudo. No sabía si sentirse enojado o divertido. El hombre olía a sake, humo y bosque, pero tenía una presencia que era casi tangible.

      -¿Quién eres tú?- Preguntó Naruto.

     -¿Quién soy? ¡Chico, abre bien esos ojos empapados en bragas y edúcate!-Esa frase llamó la atención de Naruto. El hombre llenó la habitación de vida de una manera que hizo que Naruto olvidara los eventos del bosque. Apreciaría eso, aunque fuera solo por un breve momento.

     Y lo que siguió no decepcionó. El hombre era un torbellino de abanicos de colores, de cabellos azotados, de geta de madera golpeando el suelo con un ritmo casi hipnotizador. Su introducción, una obra maestra de delicadeza retórica, se marcó en el cerebro de Naruto por toda la eternidad.

     -En resumen- gritó el hombre mientras su actuación se acercaba a su fin-Soy Jiraiya, sapo ermitaño del monte Myouboku- Luego se inclinó hacia adelante y le susurró al oído a Naruto-Y yo escribo novelas especiales. Búscame si necesitas algo de entretenimiento-

     -Jiraiya ...- Naruto susurro el nombre sobre su lengua. Las dudas sobre la identidad del hombre desaparecieron rápidamente.

     -Eres el maestro del Yondaime y el ultimo sannin leal- dijo.   

     Jiraiya inclinó la cabeza. Él también había perdido la sonrisa-Lo soy, aunque no es el primero que conoces. Tuviste una pequeña pelea con mi antiguo compañero de equipo en el bosque-

    -Supongo, ¿Por que tu excompañero querría mi cabeza?-

     -Tengo una buena suposición, pero eso no es nada de lo que tengas que preocuparte- Jiraiya les sonrió-Estás a salvo ahora, que es todo lo que importa-

     Naruto encontró esa respuesta completamente insatisfactoria.

     -¿Que era lo que quieres hablar conmigo?-cuestiono mientras se acomodaba en su cama.

     -Sin rodeos, me gusta-comento para inmediatamente ponerse recto y colocar su mejor cara de poker-¿Como conoces el rasengan?-pregunto seriamente.

     Su mente quedo en blanco unos segundos antes de hacer click, su padre debió haber hecho uso de su técnica personal, se mordió el labio mientras levantaba la mirada, Minato todavía no se ha recuperado, por lo que no podía contactar con el.    

Una apuesta de por vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora