Carácter

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      -Danzo, no creo que deba recordarte quien es el Hokage aqui-Hiruzen desprendio una cantidad masiva de cantidad asesina-El Jinchuriky no sera puesto bajo tu mando-exclamo con fuerza.

      -Hiruzen, tu y yo sabemos que este chico cuando sea mayor sera clave, y no puedo permitir que se ponga en contra de la aldea por tu estupida decision-el Shimura golpeo fuerte al Sandaime con ese comentario.

      El viejo mono sabia que su ex compañero de equipo tenia razon, pero tambien sabia cuales eran sus intenciones con el chico, su rostro se convirtio en piedra-llegas a tocar el niño Danzo, y te arrancare el otro ojo-amenazo sin ninguna pisca de duda.

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     La vida del pelirrojo habia mejorado mucho desde que conocio a su nuevo "amigo", su desarrollo anteriormente atrasado por la falta de interaccion humana, ahora estaba en un punto normal.

     Aunque a veces no podia evitar pensar que tal vez estaba loco, pero los alejo rapidamente de su cabeza, porque o si no, no tendria sentido que esa voz supiera cosas que el mismo no sabia.

     El tiempo paso rapidamente, en la mañana de su sexto cumpleaños, se desperto con una habitacion fria y sin comida en la mesa, su cuidador le preparaba 3 comidas al dia, lavaba los platos despues de comer y limpiaba su habitacion una vez a la semana. Nunca habia tenido una palabra amable con el pero nunca lo habia hecho morir de hambre.

      Mientras miraba adormilado a el espacio vacio en su mesa, no se dio cuenta de la figura con mascara que se posaba sobre su ventana abierta, antes de que pudiera hacer mucho el hombre lo agarro con fuerza y salto por la ventana.

      Al principio, pensando que alguien finalmente había decidido atacarlo en sucasa, luchó contra el agarre del extraño, arañando el pecho del hombre. Pero la voz en su cabeza le dijo que se calmara y que seria enviado a la oficina del Hokage

      Efectivamente, fue arrojado sin ceremonias a la oficina del Hokage. Naruto no recordaba haber estado aquí antes, pero podía leer los caracteres 'Hokage' en el escritorio en el medio, cuya parte superior estaba llena de pilas de papel y pergaminos.

       El propio Hokage estaba frente a él. Su rostro envejecido y su forma arrugadacasi contradecían los ojos fuertes e inquebrantables que lo observaban desdedebajo del sombrero blanco. Naruto se estremeció y comenzó a apartar lamirada, pero a diferencia de los aldeanos, la mirada del Hokage no mostrabaanimosidad ni odio.

      Así que encontró los ojos oscuros del ninja mayor con los suyos propios, y por un momento, pensó que podría haber visto un destello deemoción dentro de ellos.Pero luego desapareció y se dio la vuelta.

      Naruto aprendió varias cosas ese día. Aunque nunca antes había pensado en eso,ahora se enteró de que el Hokage había sido su benefactor pagando por su cuidador, y que ahora que tenía seis años, ella ya no vendría. Recibiría unestipendio mensual del Hokage, pero tendría que preparar sus propias comidas ylimpiar lo que ensuciaba. Y finalmente, se enteró de que debía asistir a laAcademia, comenzando de inmediato.

      Sin embargo, esa noche, Naruto vio la puesta de sol desde su ventana, y con lacreciente oscuridad, comenzó a sentir una inquietante sensación de duda.

       Nunca antes le habían permitido unirse o ser parte de nada. ¿Asistir a la Academiarealmente cambiaría algo para él? Siempre había admirado al shinobi; su mística ypoder los convertía en los héroes de los cuentos populares de su infancia. ¿Peropodría volverse como uno de ellos? Y si lo hiciera, ¿la gente dejaría de odiarlo?... ¿O estaba condenado a ser odiado por el resto de su vida?.

Una apuesta de por vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora