El hilo rojo del destino. Flozmin

Capítulo OCHO

Los planes de Jazmín en Mendoza no habían salido tal cual ella lo esperaba, en los primeros 3 meses del proyecto todo venía viento en popa, incluso se había hecho la ilusión de poder volver antes a Córdoba, pero por esas cosas del destino o el universo, una serie de temporales climáticos en la ciudad andina le impidieron poder seguir el ritmo que traía en la obra, e incluso se atrasaron un par de semanas, primero fueron las lluvias torrenciales de otoño, cuando estas parecieron cesar, un temporal de nieve los cubrió por varias semanas, el invierno parecía no tener tregua, y debido a la localización de la obra tuvieron que parar por un tiempo bastante prolongado.

La colorada se sentía bastante cómoda en Mendoza, ya habían pasado casi 6 meses desde que se instaló y había hecho muy buenos conocidos, tenía una muy buena relación con Melina, la secretaria de Andrés, el dueño de la bodega, la rubia le recordaba mucho a su amiga Miranda, no solo en lo físico si no en su personalidad tan fresca y extrovertida, aunque al principio la relación se había tornado solo laboral, con el correr de las semanas las dos mujeres habían logrado formar un vínculo muy lindo, aparte Melina, también tenía una linda amistad con Federico, que era el encargado de supervisar que todo vaya como lo acordado, sería como una especie de mano derecha de los hermanos Rolando, el trío compartía gran parte del día juntos en el trabajo, y compartían algún que otro trago los fines de semanas, tenían muy buena energía entre los tres, cosa que a la colorada le ayudaba a no extrañar tanto su pueblo, aunque mas allá de eso, Jazmín no veía la hora de poder volver a Córdoba.

Se acercaba la primavera y ya no había rastros de nieve, por lo que de a poco la obra volvía a ponerse en funcionamiento, habían perdido muchísimo tiempo y necesitaban trabajar a toda máquina si querían que la nueva bodega esté instalada y en funcionamiento antes de que abra la temporada turística en Mendoza, la nueva Bodega de los hermanos Rolando iba a ser un punto importante para la ciudad andina, su objetivo era atraer la mayor de cantidad de turistas, ya que se había firmado un convenio con la Secretaría de Turismo de Mendoza, por lo que era importante terminar todo antes de los primeros días de diciembre, que era cuando se lanzaba el comienzo de la temporada de vacaciones de verano.

Como era habitual cada fin de semana hacía videollamada con su fiel amigo Javo, éste ultimo la ponía al tanto de como estaban las cosas en Córdoba tanto en la empresa como con su familia, debido a que sus padres eran un tanto mayores no manejaban muy bien el tema de la tecnología, por ende, el morocho era el encargado de entablar las conversaciones más extensas con la colorada, si bien con sus padres mantenía alguna llamada telefónica, estas eran muy esporádicas. Jazmín le iba informando como lentamente iban volviendo a las actividades que tanto se habían retrasado por culpa de los temporales climáticos.

*Dos meses más tarde, fines de Noviembre*

Era sábado por la noche y Jazmín se encontraba en su departamento, ese día no tenía ánimos de salir con sus amigos mendocinos, por lo que decidió abrirse un vino, hacer una picada y sentarse en su balcón a disfrutar de la brisa y la vista que éste le ofrecía. Había tenido todo el día una sensación rara, una especie de presentimiento, no sabía como explicarlo, por dentro pensaba que quizás era que faltaban solo 2 semanas para concluir la obra y una semana más para la inauguración de la nueva bodega de los hermanos Rolando. Los últimos dos meses habían trabajado a toda maquina para poder recuperar el tiempo perdido, poniéndose a tiro con los plazos estipulados para la entrega, si bien hubieran podido terminarla en 6 meses, con las inclemencias climáticas terminaron concluyendo todo en un poco más de 8 meses, que estaba dentro de lo posible. Por otro lado, se encontraba feliz porque si todo salía bien iba a poder volver a su hogar para las fiestas y celebrar con sus seres queridos. Estaba sumida sumergida en sus pensamientos cuando el celular la sacó de su burbuja, era su amigo.