Era un jueves caluroso en la ciudad de Mendoza, Jazmín se despertaba en su departamento, el reloj daba las 7:00 am, como cada mañana se levantaba e iba a entrenar, era un hábito que había agarrado desde que estaba en la ciudad andina, le gustaba salir a correr y sentir el aire fresco de las montañas, el clima era ideal, si bien era diciembre a esa hora el calor todavía no azotaba tan fuerte. La colorada se estiró en su cama y se dirigió hacia el baño para hacer su aseo matutino, cambió su pijama por uno short y remera deportiva, agarró su iPod, selecciono una playlist adecuada para entrenar, se calzó los auriculares y salió a hacer su rutina diaria, la cual consistía en correr en un hermoso parque que quedaba a unas cuadras de su departamento y hacer algunos ejercicios básicos de entrenamiento funcional.
Jazmín había descubierto que entrenar por la mañana le cambiaba la energía, se sentía renovada y con otra actitud, la gente que trabajaba con ella decía que estaba un poco loca, pero a ella no le importaba, sentir su cuerpo y su mente equilibrada y en paz a ella le encantaba.
Ya de nuevo en su departamento observó el reloj de la entrada que marcaba pasadas las 8:00 am, tenía casi 45 minutos para bañarse, desayunar y llegar a su trabajo. Ese día sentía mas ansiedad de lo normal, al día siguiente sería la inauguración de las bodegas que había construido para los hermanos Rolando, la ejecución del proyecto había sido perfecta, todos los detalles estaban terminados, ella misma se había encargado de que todo salga como lo pactado, y su equipo de trabajo había acatado sus ordenes al pie de la letra, ese día solo tenía que ir a ver los pormenores del evento que se llevaría a cabo al día siguiente, habían contratado un catering de eventos para que se encargue de ambientar todo el lugar, tanto decoración, música, comida, bebidas, etc,. Llegó a las bodegas a las 9 am puntual y allí se encontraba Melina con una sonrisa como siempre, algo que caracterizaba a la rubia, jamás ibas a verle un seño fruncido o mala cara, salvo en muy pequeñas excepciones.
-M: ey Jaz, puntual como siempre, que tal te trata el día?
-J: como andas Mel? La verdad que bastante bien, un poco ansiosa por mañana pero salí tempranito a generar endorfinas y me siento como nueva.
-M: todavía no entiendo como podes levantarte una hora antes solo para ir a entrenar, ni que te hiciera falta con el lomo que tenes.
-J: gracias, pero no lo hago por estética, si me hubieras aceptado ir conmigo sabrías de lo que te hablo, pero tu tiempo se agoto amiga, mis días acá están contados.
-M: no me lo digas así que me rompes el corazón zorra, ya me acostumbre a verte todos los días, no sé que voy a hacer cuando te vayas, te voy a extrañar
-J: yo también boluda, sabes que fuiste mi primer amiga y la mas mejor de todas, igual como ya te he dicho te voy a venir a visitar y espero que vos hagas lo mismo, tampoco es que me voy a la China.
-M: no ya se, pero no va a ser lo mismo, espero que no te olvides de mi cuando vuelvas
-J: eso sería imposible amiga, pero no nos pongamos melancólicas todavía que aún nos queda terminar de organizar el evento de mañana, tiene que ser perfecto
-M: que raro Jazmín del Río pensando primero en el trabajo, nunca en lo sentimental, ahora entiendo porque no tenes novio, sos muy obse boluda
-J: mjm, ponele que por eso no tengo novio
-M: y es que, si no no lo entiendo, sos una bomba, tenes buena onda, sos graciosa, simpática, sos independiente, la mina perfecta, y así y todo no te he visto con nadie desde que llegaste, ni me has contado de algún chongo que hayas tenido
-J: en estos meses que nos conocimos supongo que te habrás dado cuenta que no me gusta hablar de mi vida privada, y aunque nos hicimos muy buenas amigas hay cosas que prefiero guardármelas para mí, quizás en otro momento se dé y te cuente sobre mi pasado amoroso
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El hilo rojo del destino. Flozmin
Fiksi PenggemarUn hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancia. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca puede romperse. Así como lo dice una leyenda oriental, todos estamos c...