Cap 8 - Regreso a Raolet

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Los ojos de Maira reflejaron la espada venir cuando de pronto Nicolás apareció interponiendose entre ellos y bloqueando el golpe que iba dirigido a Maira, en ese momento fue capaz de ver a la persona más serena del palacio balanceándose contra el caballero de Cacilius como un depredador derribando a su presa y matando lo a sangre fría rápidamente.

Mai: ¿Nicolás?...

El joven guardo su espada, sacando un pañuelo para limpiarse las manos mientras se acercaba a ella y una vez limpio, la abrazo sujetándola fuerte, quizás hasta el caballero más prestigioso de Raolet tenia miedo de perderla, se había encariñado como un felino.

Mai: No ha pasado tanto tiempo, no obstante, los extrañé bastante a todos. Muchas gracias por haberme salvado, siempre llegas cuando estoy en peligro.

Nic: No se vaya de nuevo, y si necesita de verdad salir, permítame ser su guardián.

Esas palabras terminaron haciendo brotar lágrimas en los ojos de la joven, se logró dar cuenta que ha pesar de no pertenecer realmente a ese mundo, no volver a tener la vida que tenía antes ni ver de nuevo a su familia como Chwe, había logrado crear un grupo al cual poderle llamar "familia" donde todos se cuidaban.
Nicolás sonrió bajando su mirada y acariciando su cabeza, ese consuelo era tan tranquilo que lo consideraba como un premio por sus esfuerzos; cuando estaba por levantarse sintió un peso más detrás de ella que la volvía a tumbar, era Aldo quien llegó corriendo.

Aldo: ¡Maira, Maira, Maira, has vuelto, bienvenida~♡!

Mai: Lamento la demora, tercer príncipe.

Mikael se levantaba del suelo sacudiendose el polvo y observando la escena familiar del fondo, su compañera había logrado crear lazos afectivos bastante fuertes con los príncipes al igual que con el caballero Nicolás, mejor conocido como "el duende dorado" en Cacilius debido a como se veía al asesinar rápido a los enemigos. Justo cuando empezaba a caminar hacia ellos, una espada se interpuso en su cuello, detrás de él se podía sentir el frío del príncipe segundo, Alexander.

Alex: Ni siquiera pienses en dar otro paso, no dudaré en matarte.

Mika: Aceptaria el duelo con honor, pero no vengo con intenciones de vengarme por mi reino, soy  más que el compañero de la señorita Maira.

Comento lo último con un tono coqueto, provocando celos a Alexander quien apretaba la empuñadura de la espada acercando la más a su cuello, creando un pequeño corte hasta que Maira se levantó dirigiéndose a ellos para detener el lío.

Mai: Es correcto, es un amigo y una pieza importante para darle fin al problema de los reyes. Les contaré los detalles a todos adentro.

Alex: Pero...¿no tienen nada íntimo, verdad?

Mai: ...no (¡¿Por qué preguntas eso? Tampoco es que te deba interesar a ti!).

Bajo la espada, apresurandose para caminar al frente a un lado de Maira apartando a Aldo de ella, Mikaela se dispuso a caminar detrás de ellos al no saber como era por dentro el palacio, por otro lado, Nicolás seguía estando aún lado de ella negando con su cabeza a las órdenes de Alexander de dejarla.

Alex: Es una orden, aléjate junto con los otros dos, tres metros de nosotros.

Nic: Orden denegada, ahora que Maira a vuelto, regreso a solo obedecer órdenes de su parte, después de todo usted me pidió que fuera su guardia.

Alex: Caballero Nicolás, de la primera orden a mi servicio, estás tentando a ser degradado de tu puesto al no seguir la orden de la realeza.

Mai: Déjalo Alexander, él no está haciendo nada malo, además, ¿por qué quiere que estemos a solas?

Salvando al Protagonista Temp 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora