• CAZANDO A KITTY GANG • [Yoonmin//DKi] [Omegaverse]

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Espero que estén teniendo una linda semana.
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Y, como siempre, gracias por leer y darle tanto amor a CAZANDO A KITTY GANG.
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Decir que no le dolía era una mentira. Su lobo no dejaba de aullar en su interior, lamentándose por traicionar a su Omega. Sin embargo, Agust tenía un compromiso con su país y con sus padres. Se había entrenado por tanto tiempo para unirse a la Policía Secreta, se había esforzado para ser un buen subordinado, se había mentalizado por años que vengaría a sus progenitores. No obstante, algo se sentía mal, algo en su interior le suplicaba dejar todo para estar con Kitty.

Todo era tan confuso, una maraña de pensamientos que llegaban para golpearlo. De cualquier forma, se lo merecía, pues, hiciese lo que hiciese, estaría traicionando a una parte de sí mismo.

Por lo tanto, cuando terminó de escribir el correo en el que indicaba la información que obtuvo, dudó por unos minutos si enviarlo era lo correcto. Se quedó observando la laptop, como si ella tuviese la respuesta, mas esta se mantuvo en silencio. Entonces, prefirió no pensar más, así que le dio click a "enviar". Luego, se sentó dispuesto a cumplir con las órdenes que pronto llegarían.

Estimado Agust:

Nos alegra obtener la información justo a tiempo. Su trabajo y fidelidad con la organización serán recompensados.

Por favor, diríjase de inmediato a la Central, pues lo necesitamos para la intervención. Además, así como se le prometió, usted se encargará de entregar a Kitty, por lo que irá al frente.

Lo esperamos en menos de una hora para explicarle el plan.

X

Agust suspiró pesadamente. Al fin había llegado la hora y tendría que actuar, pese a que su corazón acabaría rompiéndose.

Tomó una ducha rápida, cambió su ropa, empacó todo el material confidencial y se apresuró para llegar al punto de encuentro. Este era un edificio disfrazado de oficinas para agentes inmobiliarios, pues, en realidad, debajo de la tierra se encontraban las salas de operaciones de la Policía Secreta. Eran al rededor de siete pisos bien equipados. Había laboratorios, un gimnasio, salas de tiro, armarios repletos de armas, una morgue, salas de interrogación y oficinas para planear operaciones a gran escala, como la que estaba a punto de ocurrir.

Cuando el Alfa llegó, fue bien recibido por sus compañeros, quienes no dejaban de aplaudir. Esto era porque finalmente habían conseguido desenmascarar a la organización criminal más grande de Corea del Sur, o, tal vez, la más grande de Asia. Estaban tan emocionados que no se percataron del aroma tristón de su nuevo héroe.

—¡Agust! —exclamó J Hope, quien había llegado el día anterior junto con Solar, la testigo clave— ¡Apresúrate que el superior nos espera!

Ambos bajaron hacia la oficina principal, en la cual se encontraban todos los jefes en frente de una tomografía tridimensional del edificio R&J. Esta había sido obtenida tan solo unos segundos antes de la llegada del pelinegro, quien se sintió sorprendido al percatarse de la complejidad de la construcción. Él no se esperaba ver tantas habitaciones ocultas en sitios estratégicos del edificio.

—Está en vivo —le informó X mientras ampliaba la imagen de la entrada—. Cuando empiecen a llegar, sabremos en qué piso y en qué cuarto estarán reunidos.

En ese momento, Agust se puso frío. Todo ya estaba listo, no había vuelta atrás. Cada detalle estaba milimétricamente calculado y no había indicios de que algo pudiera salir mal. A menos que... ¡No! Él nunca le daría la espalda a su nación, pese a que su lobo sufría.

—Ingresaremos por estos cuatro puntos —indicó un Beta, moviendo la imagen en 3D para que todos pudieran visualizarla—. Esta información ya está siendo enviada a las tropas, quienes seguirán la ruta que indiquemos.

Entonces, una figura alta y elegante apareció en la entrada. Era Killer Prince, quien estaba acompañado por varios Alfas. Ellos habían bajado de una camioneta negra y se dirigían hacia el segundo sótano del edificio. Luego, dio algunas órdenes finales para poder sentarse en frente de una gran mesa redonda y ser dejado solo.

—¡Listo! —exclamó X al fijar el punto meta—. Es hora de planear los movimientos. Tenemos menos de veinte minutos para acabar y enviar las instrucciones a las tropas.

—¡Sí, señor! —contestaron todos al unísono con la mano en el pecho y la voz llena de convicción, a excepción de cierto Alfa.

Así, se tomaron hasta el último segundo para asegurarse de que todo saldría perfectamente. Esta era una misión decisiva, no podían fallar, debían ser eficaces y no mirar hacia atrás. Si uno cayese, no podrían auxiliarlo, pues cada segundo sería vital para el éxito. No podían arriesgarse a nada.

—Quiero que confíes en ellos —le susurró Hope a Solar, quien lucía muy nerviosa.

—Si tú confías, yo también —afirmó, acariciando el cabello rojo de su Beta—, pero no confío en Kitty... Es más peligroso de lo que parece...

—Lo sabemos —la interrumpió para calmarla. Luego besó su mejilla, intentando limpiar esas cristalinas lágrimas que brotaban de esos bellos ojos.

—Tengo miedo de perderte.

—No lo harás —le dijo— ¿Crees que me dejaría matar cuando te tengo esperándome?

—Por favor... Prométemelo... Promete que volverás...

—Lo prometo.

En ese momento, se unieron en un beso necesitado y cargado de miedo, el cual expresaba todo lo que sentían. Sin embargo, no se habían percatado de que cierto Alfa había escuchado su conversación. Este Alfa era Agust.

—"Tengo miedo de perderte" —repitió en voz baja.

Luego, tomó su traje negro y fue a los vestidores. Era la hora de actuar. Al fin el momento había llegado, y no había vuelta atrás.

Sin embargo, ¿por qué se sentía tan incorrecto?

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