Maia Afrodita Zabat. Alguna vez en su vida fue una niña inocente. Una atacada por la oscuridad. Una víctima del macabro y perfecto Leonardo Romano.
Pero, la gente cambia. Y tras una gran historia llena de sufrimiento, sudor, sangre, sacrificios y g...
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MAIA // LUCE
Mire las cartas en mis manos, y luego a los hombres en frente mío. Todos gigantes, inútiles, creyéndose superiores. Y yo... haciéndome la boba para triunfar.
Tal cual lo he hecho los últimos cuatro años. Mirando, observando y analizando cada maldito movimiento de todos.
Cada día, cada mes, cada vez aumentaba mi poder y control. Estaba en niveles que me llegaban a sorprender, que jamás pensé siquiera conseguir. Mis metas se volvieron locuras y ambiciosas que me llevaban a cometer acciones por la sed de venganza.
Unas locuras muy preciosas.
Y aquí estaba. En Francia, jugando una partida de póker con gente del clan Volkov en uno de los más famosos casinos clandestinos.
Sonreí mientras levantaba mis gafas de sol negras hasta mi cabello. Los cuatro hombres en frente mío fumaban y discutían como si yo no estuviera jugando contra los que se podían calificar los mejores, aunque eran solo unos practicantes de primera para mi gusto.
Me desagradaba, pero me las aguantaba.
Esta noche había alguien que me interesaba en esta mesa, alguien que saldría muerto o traumado si colaboraba.
—Voy.—avisó el viejo sonriendo en frente mío. Estaba muy seguro de él mismo y tomó un sorbo de su trago trasparente antes de tirar al medio de la mesa, diez fichas negras y cinco naranjas.
Mis manos picaban por matarlo ante su mirada superior. Estaba viendo rojo, pero seguí sonriendo como la hipócrita que era.
Desde la cárcel algo había cambiado, algo de mi mente y conocimiento. Nada era igual, y lo comprendí cuando me diagnosticaron el síndrome de Amok. El mismo síndrome retorcido y asqueroso que poseían los gemelos Volkov, que descansen en Paz «y que se note mi ironía».
Síndrome de Amok: síndrome amok es un síndrome cultural o síndrome ligado a la cultura y consiste en una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra alocadamente o armada y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a los seres vivos que aparezcan a su paso.*
Solo pensaba en buscar a los que me dañaron y darles fin a su vida, no sin antes hacer que rogaran por mi piedad, y que pasarán por el mismo infierno que yo.
Nadie me veía. Pero lloraba todas las noches. Maldecía el día que me metí en este mundo, que se llevó más que mi alma. Odiaba el hecho que mis pulmones habían quedado de la peor manera por las inyecciones de Jazmín por haberme enamorado del mayor gangster.
Y odiaba el hecho que, no permití, ni permitiría que alguien más me hiciera el amor... no si no era el.
Me lastimaron, y me dejaron en el suelo. Pero supe pararme, y cree mi propia familia.
—Yo igual.—habló su compañero con un tono de voz más enredado. Jugué con mi cabello mientras me mordía el labio viendo las patetico a jugadas que estaban dando.
