Maia Afrodita Zabat. Alguna vez en su vida fue una niña inocente. Una atacada por la oscuridad. Una víctima del macabro y perfecto Leonardo Romano.
Pero, la gente cambia. Y tras una gran historia llena de sufrimiento, sudor, sangre, sacrificios y g...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MAIA
—¡¿Que hiciste que?!—gritó Patrick cuando llegue—Si pensaba que estabas jodida de la cabeza, esto solo me confirma mis dudas, rubia.
—¡Los nenes!—gritó Cleo regañándole a Patrick por los insultos mientras tenía en brazos a Nikolay y a Alek.
—Papá dijo mala palabra—dijo Nikolay con una mirada traviesa.
—No, no dije—le dijo Patrick.
—¡Si lo dijo!—habló su hijo con su diccionario de un niño de cuatro años mientras su hermano miraba.
Nik siempre fue más extrovertido mientras que Alek más discreto. Eran como la luna y el sol, pero que juntos creaban algo extraordinario. Simplemente me ponía ansiosa saber cómo sería de grandes con aquellos ojos grises y aquellos genes de fuego.
—Nada que ver—Patrick se puso a su nivel. Me reí por lo bajo.
Nik le sacó la lengua bufándose de el y Patrick, con lo maduro que es, se lo devolvió como niño pequeño.
Rieron y Cleopatra los saco para que Patrick pudiera lanzarme su gran sermón por haber aceptado una propuesta mortal.
Rodé los ojos mientras me tiraba en mi cama. Este me agarró de la mano obligándome a sentarme bufándose de mi nuevamente para mirarle.
—Creo que aceptar rescatar a Rose Kirk de las manos de los Volkov no es algo muy inteligente, ¿no te parece?
—¿No me crees capaz?—entrecerré los ojos. Este negó y se tiró en la cama conmigo.
—Sabes que no es eso, estupida—resopló—. Los Volkov ya casi nos matan una vez. Y aunque se que quieres vengarte, todavía no somos los suficientes.
—Por eso mismo—me paré pegándole en la cabeza con mi dedo índice—. Si consigo sacar a Rose de ahí, la 'Ndrangheta me darán a todo su clan para derrotar al FBI y a los Volkov, Patrick.
—Es que...
—Y aunque quiera mucho a Vik, no me interesa que es su familia de sangre—contesté con un poco de culpa—. La familia de verdad es la que está ahí y no la que te abandona porque si. Nosotros somos su familia, no la que la despreció siempre...
Aquello me recordó a Agatha y sentí como el puñal cruzaba mi tórax hasta lo más profundo. La extrañaba muchísimo, pero estando así era mejor para su seguridad.
—Eso no quita que te estás arriesgando a mucho—contraatacó—. Además, que Erebus ya te tiene fichada.
Le miré casi como si fuera una ofensa lo que salió de su boca. Giré mi cuerpo por completo y me acerqué agresivamente.
—Mira, Patrick. Ya una vez me menospreciaste, y terminé matando a dos under boss de la mafia rusa.—achiné los ojos—. No permitiré, aunque seas como mi hermano, que me ordenes que hacer o que no. Me mando sola, y si se me para en el culo rescatar a esa mujer para mi conveniencia, lo haré.
