Capitulo 5

1.7K 128 65
                                    

III/III

III/III

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MAIA

—¿Luce?—preguntó al ver mi aspecto oscuro en un armario de armamentos donde nuestras caras casi chocaban—. Así que esta eres tú...

Afirmó viendo mi verdadera apariencia con un tono extraño. Seguí ignorando el hecho de su polla dura inclinada hacia mi con el roce constante...

La tensión era demasiada. Incluso para los dos.

—Ajá—estiré mi mano hacia su espalda y saqué una metralleta del FBI cargándola—. Hay siete. Uno en medio, tres a cada lado. Yo derecha, tú izquierda.

Asintió sin encontrar las palabras.

Estamos yendo con refuerzos—la voz de Travis de nuevo—. No hagas nada...

—Sabes que me gustan las grandes apariciones, Trav.

Respondí antes de empujar la puerta de culo y voltear rápidamente levantando mi nueva arma adquirida. Todos miraron atónitos cuando disparé a los tres objetivos que tenía de golpe, a mi lado el sonido de otra arma resonaba y terminamos con los siente hombre antes de lo previsto.

Erebus Volkov tenía buena puntería.

—Juro que te conozco...—musitó viéndome otra vez—. Olvídalo.

—Abajo—dije tranquila cuando Erebus se agachó y apunte al que venía por la puerta derribándolo—. Más atento, ruso. Más atento.

Este creo que río pero aproveche en desarmarlos y tomar municiones. Tomé uno de sus chalecos antibalas negros y me lo puse por precaución.

—Tenemos treinta segundos para escapar antes de que el segundo escuadrón se de cuenta de esto—señalé los cuerpos inertes—. Y que los de mi lado se despierten. Si no, la Interpol comenzará una revolución aquí mismo.

—¿No los mataste?

—Supongo—me encogí de brazos. No sabía, pero tampoco me preocupaba si les había matado en aquel segundo.

—Vamos, rubia—me ordenó cuando salimos por la puerta como reyes por su reino.

La música seguía por detrás. Levanté el Ak-47 en mis brazos mientras caminaba atenta a cualquier movimiento. Erebus iba pegado a mi costado imitando mi acción.

A la azotea. Esta el helicóptero esperando—me informó Vik.

El segundo escuadrón se vio cara a cara con nosotros y tras ponernos en cuclillas yo y mi aliado en menos de un segundo, soltamos una lluvia de balas contra ellos. No habían alcanzado a reaccionar, y las alarmas se volvieron más chillonas.

—¡Atrás!—gritó con un tono grave y solo me moví quedando pecho con pecho con Erebus casi teniéndolo como escudo cuando dispare con una mano por debajo de su brazo a tres hombres que cayeron tras un par de intentos fallidos en matarnos.

Sombras en poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora