huida fallida

1K 130 224
                                    

Cómo de costumbre, no le dejaron despedirse de nadie, su padre decía que no hacía falta y él mismo lo escoltaba hasta la salida de su "hogar", solo para asegurarse de que no se quede con su hermana mientras manda a alguien más a hacer su trabajo.

Killua caminaba algo nervioso, se supone que debía pasar por el pueblo, hasta encontrarse con un hombre en el muelle, quien será su escolta hasta la fiesta del Duque, dónde tendrá que matarlo, ya saben, una tarea común, según Silva.

Claro que eso no estaba en sus planes, aunque era consciente de que esto complica las cosas, ya que el escolta reportará a su padre que no cumplió y de inmediato lo buscarán. 

Hoy era el día.

Se iría al otro lado del mundo si hace falta, pero no planeaba volver a ser encerrado y solo liberado cuando tenía que cazar.

Tal vez Silva lo veía más como un perro que como un hijo.

Tampoco es que le importara mucho.

Solo tenía diez minutos para buscar a Gon, luego de eso, ya tendría a todos los jodidos guardias detrás de él, sería un problema, además de que metería en problemas al cabeza hueca y brujo de su amigo.

Eso también era raro y nuevo para el, llamar a alguien por ese diminutivo, "amigo".

Realmente odio que Gon empezara a gritar a los cuatro vientos que era su mejor amigo.

—"Estúpido cabeza de escoba, no debería gritar cosas tan vergonzosas".

(Separador)

Dijeron que se verían en la repostería, pero... ¡¿dónde diablos estaba ese inútil, brujo en cubierto!?

Pasaron cinco minutos, es más, Gon debió estar antes que el aquí, esperándolo, esto le pasa por confiar, sabiendo lo descuidado, distraído, torpe e idiota que puede llegar a ser.

—"Lo más seguro es que ya le hayan avisado a mi padre que no fui con el estúpido escolta, es unos minutos ya me estarán buscando". —Pensaba Killua reteniendo sus suspiros y bufidos de frustración y decepción.

—"Gon, ¿dónde estás?"

(Separador)

—Señor, atrapamos al hombre que vio el rostro de el ladrón, nos dijo que se lo ve seguido con una niña de ojos violetas y cabello naranja de no más de cinco años, el nombre del sospechoso es Gon, puede que sea la persona que hemos estado buscando.

—¿Gon? Me sirve un poco, dígame cómo se apellida, su edad y dónde vive.

—Me temo que solo se que es un chico joven, de su edad posiblemente (edad del testigo), lo demás no lo sabe, nadie lo sabe, según él, aquel chico es amable pero reservado y cuidadoso respecto a su vida privada.

—Mierda... no quiero meter a una niña en esto, pero si vamos todos, se harán los idiotas y dirán que nadie lo conoce, sacarle la verdad a una niña es más fácil, tampoco podemos hacer que el reino sepa que este chico nos está causando muchos problemas.

—Según los de arriba nos haría quedar mal y como incompetentes. —Se detuvo a tomar un respiro.

—Las cosas están algo complicadas y tensas en la guardia real por ese chico, pero, no estoy seguro si tener que utilizar a una niña inocente sea la respuesta, esto no le hubiera gustado a nuestro maestro, y tampoco me gusta a mi, pero si no lo hago todo mi trabajo duro se iría por el caño...

—¿Cuáles son sus órdenes mi general?

—Em... todo o nada, capturaremos a la niña, yo la haré hablar, no quiero que otro lo interrogue o la lastime, ella nos guiara a ese tal Gon, luego lo capturaremos y daremos cierre a este horrendo escenario.

El Príncipe y el Ladrón (Gonkillu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora