Se nos fue de las manos

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Un nuevo amanecer se alzaba, un bello y resplandeciente día comenzaba

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Un nuevo amanecer se alzaba, un bello y resplandeciente día comenzaba.

Cualquier persona normal estaría de muy buen humor, pero ¿Acaso soy alguien normal?  Soy Killua Zoldyck, me han visto con apariencia de "persona normal", bueno tampoco sabría como decirlo con certeza, de hecho ¿Cómo demonios luce una persona normal?.

No saberlo lo hacía sentirse un apático antisocial, igualmente no pueden culparlo, tampoco es como si haya conocido a alguna persona normal, lo mas normal en su vida es Alluka, su adorada (solo para él) hermanita, y tal vez su rara amistad con uno de los soldados mas jóvenes, Zushi, aún no podía creer que su amigo con 16 años sea un soldado y él con 16 no lo dejaban salir ni a comprar pan.

—Uhg los odio a todos—. En ese momento se encontraba maldiciendo todo a su paso, ya saben, lo normal y rutinario, nada del otro mundo, aún tenía la idea de ir de contrabando al pueblo ese día, si lo atrapaban lo castraban, ya se lo habían dejado claro.

Pero si no lo atrapaban, no pasaría nada, ¿No? Sin evidencia no hay crimen, y él cuando se lo proponía, podía ser el desgraciado mas desagradable, inteligente, y molesto con el que puedas toparte en tu miserable vida y creeme si estas en el camino de este peculiar Zoldyck, estas jodido.

—Okey, la última vez me atraparon por un descuido, esta vez perfeccione mi plan y ya no hay fugas, ahora si soldados de mierda, los voy a burlar a todos—. Una sonrisa arrogante y vanidosa apareció en el rostro del chico, lo cual solo significaba una cosa, "peligro".

Dios ampare a los guardias.

Killua caminaba directo a la biblioteca, si, el ama leer, pero no solo fue por un libro, aquel lugar era relajante, perfecto para pensar tranquilamente y mas si podía quitarse a los molestos guardias de encima.

Ahora podía pensar en cómo... ¿Cómo ¿Cómo mierda un príncipe, que prácticamente no tiene un estatus tan alto en esta jerarquía como para oponerse en contra de su padre y mucho menos reino vecino, haría para cancelar un casamiento arreglado entre dos de los reyes mas poderosos?.

Definitivamente no se la estaban poniendo fácil, ¿Tanto lo odiaban o qué?.

—SI, estoy jodido, realmente son unos malditos... mierda, por qué no se mueren Milluki e Illumi para que pueda ser el futuro rey, subir de estatus, y al menos poder plantear que este matrimonio no me gusta ni un pelo—. Toda esta situación lo estaba superando, y apenas paso un día desde que se lo dijeron.

La noche anterior se estuvo carcomiendo la cabeza, buscando una salida del problema que su "amado" padre lo había metido.

—Aunque la idea de matar a Illumi y Milluki es tentadora, no es opción—. Si pudiera lo haría, que nadie lo dude.

—Tal vez... si busco algo mejor que aquel pacto comercial, papá me escuché... No, no lo hará, él jamás escucha, entonces podría buscar una forma mucho mejor y mas beneficiosa que el casamiento, no Killua, no seas estúpido, Silva no es idiota si me caso también sería como un tratado de paz silencioso ¿Qué mas beneficioso que eso? Podría decir que no puedo dar descendencia, pero seguro lo solucionan con una segunda esposa, y moriré si resulta Alluka ¡RAYOS! No tengo nada, mierda... mierda... mierda... mierda... ¿Qué haré? No había pensado en lo de una segunda esposa, no creo que los muy hijos de puta quieran adoptar, así que lo de la segunda esposa es un hecho, debo proteger a Alluka ¿¡Por qué cada vez tengo mas problemas!?—. Tiró de sus cabellos blancos con cierta rudeza y desesperación, si bien sabia que estaba en problemas ¡No sabia que todo esta mierda lo cubría hasta el cuello!.

El Príncipe y el Ladrón (Gonkillu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora