La intuición

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No le dio muchas vueltas a la sensación "molesta" dentro de su pecho, era extraña pero no era el fin del mundo.

Se levantó antes que los otros dos, bueno le guste o no ya se había acostumbrado al horario de su padre, los dejaría dormí un poco, mientras el va abajo a encargar el desayuno, eso viene pagado, pero lo demás no, que viejo tacaño.

Killua observó un poco la cama y ve a Gon dormir todo "despatarrado" y de una manera ultra desprolija, más que gracia le causó un poco de pena.

Bajó para el desayuno, que venía pago, sin despertarnos, sin quererlo se había acostumbrado a los horarios regidos por su padre.

Cuando ya se encontraba en la debajo del todo, observó un poco la zona, ya saben por las dudas, y pudo ver a personas bebiendo alcohol.

Killua hizo una cara un poco de sorpresa y luego de resignación. —"Cada quien arruina su vida como quiere" —, pensó.

—Eh... Reorio... ¿qué hay de comer?

—"Que extraño que alguien de su edad esté despierto a esta hora" —, analizó en su mente, pero luego dejó de preocuparse y se auto convenció de que se había caído de la cama o algo por el estilo. —El menú es té, pan, agua o no lo sé, lo demás es sorpresa.

Killua resopló mientras se sentaba, podría haber sido peor. —Que porquería, bien, tres tés, y lo demás sorpresa, de todos modos todo se ve mal.

—Si, espero que sepa peor de lo que se ve, tal vez así aprendas a llamarme bien y tengas un poco mas respeto.

Killua le sonrió con una mirada desafiante. —Te valoraré el día que te ganes mi respeto —, Killua miró hacia el techo y refunfuñando se levantó de donde estaba sentado. —Iré a despertarlos.

Leorio, mientras Killua subía se puso en su rol de "cocinero", ya que tenía que entregar entregarles los pedidos que tenía, y Killua no era el único.

Era el único trabajador de ese lugar y según su experiencia clasificaba a primera vista al albino como alguien mandón, irrespetuoso y arrogante.

—"¿Que me tengo que ganar su respeto? ¿A quién le interesa tenerlo? Será la verdadera pregunta" —, refunfuñando expresaba.

Esperaba equivocarse según su primerizo análisis.

El Zoldyck, por su parte, solo subió por ambos, a la niña la llamó suavemente para que no se asustara, como despertó al instante no necesito insistir, caso contrario al de Gon, que luego de llamarlo unas tres veces suavemente y una vez fuertemente y que de igual manera no se haya despertado. Impulsado por su estrés, agarró el colchón y lo dio vuelta, tirando al chico al suelo. A Killua tampoco le pareció algo gracioso.

—¿Q-qué? —Perdido y con desentendimiento de la situación trato de ubicarse, aunque no lo logro hasta que vio a Killua con el colchón en la mano y empezó a sentir un dolor fuerte en su cabeza. —Auch, ¿Por qué eres tan cruel? —Lloriqueo Gon, sobándose la cabeza, esa no fue una manera linda de despertar.

Killua solo le miró enojado.

—No es mi culpa que no hayas despertado a mi primer aviso, bueno a lo que vine, bajemos, Leorio ya está haciendo el desayuno, seguro será un asco pero es lo que hay.

—Aún así no debiste tirarme de la cama....

—Silencio, vamos, Natsu ya está abajo, no quiero dejarla sola mucho tiempo con todos esos viejos babosos.

Rodó los ojos, Killua tenía razón. —Bien —, contestó con pereza, Killua le trajo un vaso de agua, claro que en vez de tomarlo se lo tiró en la cara, para así se le quitaba la cara de dormido.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2022 ⏰

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El Príncipe y el Ladrón (Gonkillu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora