Camino por las calles, hoy me apeteció dar un paseo yo sola, sin nadie que me acompañe, esto pasa cada año.
Me desperté gracias a los rayos del sol que se filtraban por la cortina, después de despertarme por completo, revisé mi celular, y los mensajes ya habían comenzado a llegar, ni yo misma lo hubiera recordado si no fuera por esos molestos mensajes. Y así fue como mi día se arruinó.
Agradezco que es sábado y no estoy obligada a ver a nadie conocido, solo espero que la vida no me juegue otra de sus jugarretas y mande a algún amigo a toparse conmigo.
Entró a un café que encontré en mi camino, tiene una variedad de postres increíble, pastelillos extranjeros y locales se combinan en el mostrador, dejando en los aires un exquisito aroma.
Miro todo el menú, que delicia, no puedo elegir solo una cosa, pero por otra parte, no quiero engordar tanto.
Pido un té caliente de frutillas y un pastelillo de vainilla, no tardan en entregármelos, me dirijo a una de las mesas pegadas a la ventana de lugar y me siento a ver a las personas pasar.
Ha estado lloviendo mucho, y la humedad ocasiona que el calor se sienta, a estas horas, incluso se puede ver el vapor salir del pavimento y elevarse por sobre las residencias.
-Feliz cumpleaños a mí- dije en voz baja, mirando el pastelillo y dándole una gran mordida.
Así es, hoy es mi cumpleaños número dieciséis, cómo pasa el tiempo, ni yo misma me lo creo. Yo, una chica de dieciséis años, paseando sola por calles desconocidas... mis padres realmente no tienen cuidado.
Aunque realmente mi cumpleaños no es una fecha que me importe mucho. No negaré que me encanta recibir regalos, y hay que admitir que las fiestas que me organizan son estupendas, pero aparte de ello, creo que ser un año más vieja no es la gran cosa.
Como mi pastelillo mientras me sumerjo en mis pensamientos.
Fue hace un mes que llegamos a Praga, que hermoso lugar, es una pena que pocas personas reconozcan la magia que hay aquí... es curioso, no me gustó viajar a Hawaii, pero estoy encantada con Praga...
Respecto a mis amigas, realmente no nos hemos estado comunicando, sé que están vivas únicamente porque esta mañana me escribieron un mensaje de felicitaciones, pero aparte de eso, no hemos estado en contacto... y realmente no me importa mucho.
Venir a este lugar sí que ha sido un cambio.
Durante mis primeros días de clases, Leonardo y Lizeth me hacían compañía, cuando los presenté, sabía que iba a ser difícil que se llevaran bien, y es cierto, casi misión imposible, pero parece que cada vez se la pasan mejor, cada vez que nos ven por los pasillo los murmullos se detienen y todas las miradas se quedan puestas en nuestro trío, a Leonardo no le agrada nada esto, pero mi amiga y yo simplemente reímos.
Los demás estudiantes se enfadan conmigo por hacer reír a la reina malvada, o eso pienso yo, pero no le doy importancia, me la paso bien con Lizeth, me importe a quien le importe. Aunque si me lo preguntan, los roles se han invertido, Emma parece haberse convertido en la nueva dictadora del lugar.
Según los médicos, dentro de pocas semanas seré hermana, mis padres aún no se deciden por el nombre, pero están muy emocionados, demasiado para mi paciencia. ¿Acaso no se iban a divorciar? No quiero sonar egoísta, pero su habladuría del nuevo bebé es irritante.
Al menos son felices, ya no discuten como antes, parecen más unido, como una familia feliz... pero qué cursilería.
Aunque no entiendo por qué están tan ansiosos de volver a ser padres, si ni se ocupan de la única hija que tienen, y ustedes saben que es cierto, no son simples caprichos míos, Jack y Nancy me ignoran todo el tiempo, antes y después de enterarse del embarazo.
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Vida de una suicida
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido que tu vida ha dado un giro de 360°? Mi vida lo hizo, antes, yo era una chica normal, como tu, se preocupaba por su belleza, por salir a divertirse con las amigas, y cosas superficiales. Pero de repente desperté a la realidad...