Los hermanos.

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Me siento... algo estresada. Los profesores se empeñan en dejar todos los exámenes y proyectos justamente la misma semana, hasta parece que se ponen de acuerdo.

Comenzó el lunes por la mañana, cuando la profesora de ciencias no avisó que la siguiente semana haría examen de todo el semestre, y puso la ridícula excusa de que nos ayudaría a estudiar para los finales. Luego, en clase de matemáticas también se programó un parcial para el martes de la siguiente semana. Posteriormente en historia nos pidieron hacer un documental sobre la Gran Guerra, luego en lenguas tuvimos que comenzar un proyecto para entregar un reporte de no sé qué…

A penas es jueves. Marie, Julieta y yo ya tenemos la mitad de todo realizado, claro está que Fred y Luis nos han estado ayudando mucho… Mentiría si digo que me siento mal por aprovecharme de esos dos chicos.

Pues como ya se imaginarán, a causa de sus gustos, Fred es muy fácil de manipular, por otro lado, Luis haría cualquier cosa para que yo le pusiera atención… le chico realmente está desesperado.

Igualmente, me permito realizar gran parte del trabajo, tampoco por a aprovecharme por completo de esos dos, y mis amigas tampoco lo harían.

Y ese es el motivo por el que me siento tan estresada.

En estos momentos me encuentro sentada en un columpio algo oxidado del parque, con un pie me balanceo ligeramente mientras estudio para el examen de ciencias… realmente no entiendo nada, simplemente memorizo todo y veremos cómo me va.

-¿Ocupada?- pregunta Adam mientras se acerca sonriendo, apartando el cabello que le cae por la frente.

-Algo- le sonreí, mirándolo de reojo.

-Te ves… algo… mal- comentó, acercándose a mí y besando mi frente.

-Estoy mal, tengo mucho estrés encima, debo terminar todos mis pendientes entre hoy y mañana, porque el sábado estoy ocupada, y el domingo… no se diga

-Solo usa la regla de los tres no’s

-¿La… qué?

-No sé, No me importa y No me preocupo- dijo mientras levantaba sus dedos conforme las nombraba.

-Adam, tengo que pasar el año, además, no sé nada, no me importan con cuánto pasar siempre y cuando pase, y obviamente sí me preocupa

-Date tus tiempos- él me quita el libro de las manos –Hagamos algo, te ayudo con ciencias y hoy en la noche nos vamos al antro tú y yo

-No sé…- lo miré de arriba abajo -¿Y desde cuándo sabes ciencias?

-Algo sabré yo

Enarqué una ceja, dudando aún si aceptar o negarme, pero él tenía razón, ya estaba demasiado preocupada, necesitaba algo para relajarme… al final acepté.

* * *

Ya eran las ocho de la noche, jamás lo creí, para Adam es realmente bueno en ciencias, aprendí más con él en una tarde que en todo el año con la profesora.

Llegamos al antro en su moto. Yo vestía una de mis faldas cortas y una blusa de manga larga, ambas negras con destellos plateados, Adam lucía unos jeans con camisa blanca y chamarra de cuero.

La fila para entrar era realmente larga, me abrumó la idea de que podría estar estudiando en vez de formándome, pero de la nada, Adam me tomó de la mano y me llevó hasta el frente, el tipo que vigilaba la entrada me miró, luego posó su vista en Adam, y mientras se saludaban, él nos daba el paso.

Vida de una suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora