Capítulo 4

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Aleyah Pemberton

Los lunes no me alegran tanto, es sólo saber que la rutina iba a continuar. El domingo me ocupé de revisar las tareas para esta semana, así no tenía que hacer todo a última hora y estar calmada, no me gustaba hacer apresurada las cosas, siento que, si hago las cosas apresuradas, las iba a hacer mal.

Entonces tenía que ahorrarme esa intranquila conciencia, debía de estar todo perfecto o la ansiedad me iba a comer viva.

Mi instituto era grande, pero no porque lo sea significa que pasaban cosas interesantes, de lo contrario es aburrido, al menos que haya un chisme rondando.

Me despedí de mamá y empecé el día caminando hacia mi instituto, el tramo de este hacia mi casa no era largo, tan solo eran quince minutos, el tiempo suficiente para reflexionar y crear diálogos con personajes ficticios en mi cabeza.

—¡Hey, princesa! —Jason se acercaba hacia mí en cuanto entré al pasillo principal.

<<Adiós>>

No puede ser, debería ser legal cocerle los labios a una persona cuando habla de más, no lo culpo Jason es muy afectivo, pero siento que moriré de diabetes si paso mucho tiempo con él.

—Hola —fue lo único que dije.

Jason jaló de mi brazo suavemente para darme un abrazo y posteriormente puso sus manos en mi cintura acompañado de un beso en la nariz.

La cuestión aquí no es que sea fría o algo parecido, sólo que no sabía cómo expresarme hacia Jason, sé que puedo, pero tampoco me siento cómoda dándole ese afecto, apenas llevábamos tres semanas, es muy rápido.

Mi primera clase del día era física, no le encuentro sentido a esa materia, no es cómo que vaya por la calle y quisiera medir el ancho de la sombra de un árbol o la velocidad final de un carro.

Jason solo me dedicó un saludo rápido, porque sus clases empezaban un poco más temprano. Así que se tuvo que ir.

<<Fingiré que eso fue deprimente>>

Al dirigirme al aula encontré a Alyssa esperándome en la entrada, había llegado primero que yo, eso es nuevo, desde la semana pasada que entramos a clases había llegado tarde.

—¡Buenos días, solecito! —Alyssa me abrazó.

—¿Estás drogada?

—No, solo estoy feliz, y con mucha hiperactividad porque hasta ahora no he reprobado en nada, así que, disfrútame mientras dure —guiñó el ojo.

Apenas empezamos clases, es improbable que ya repruebe.

—Sí, cómo digas. Que afortunada soy.

Nos adentramos al salón para empezar clases, el día pasó rápido, más que nunca, en especial porque estamos iniciando, se empieza a poner bueno a partir de la quinta semana.

Bueno, los compañeros de clase que me rodean no son tan simpáticos que digamos, yo tampoco. Es como estar en un salón repleto de desconocidos.

Aunque lo sean, deberían de ser menos hipócritas, o intentarlo al menos.

Todo transcurrió en orden, incluso fuimos al salón de arte con Alyssa en nuestra hora libre. Pero para nuestra suerte los materiales estaban incompletos, así que, no pudimos disfrutar de las cosas.

Qué suerte la mía.

Nos dirigimos a la salida mientras Alyssa me comentaba que quería ir a Paris por vacaciones, aparte de que su padre vive allí y lo echa de menos.

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