Capítulo 11

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Aleyah Pemberton

—¿Ya nos vas a decir que ha pasado? —preguntó Charlie desesperadamente.

—No ha pasado nada —continué negando.

Charlie y Alyssa me miraban como si quisieran cortarme la cabeza.

<<Me apunto>>

Me negaba a contarles lo sucedido con Oriel a ellos, no porque no les tenga confianza o tenga vergüenza, solo que ni yo sabia el significado de aquello.

No hablamos más al respecto. Él se había marchado a su casa después de pasar el tiempo conmigo y bueno, no sé que hacer en estos casos.

—Claro y yo salgo secretamente con Chris Evans —ironizó Alyssa.

—Ya les he dicho que no ha pasado nada —repetí por milésima vez.

—¡Si se estaban succionando hasta el alma! —me acusó Charlie.

—No es...

—No es nada, claro. Ahora repítetelo a ti misma hasta que te lo creas.

Estaba en el puff de mi habitación con mi portátil en el regazo tratando de hacer los deberes que han asignado, pero estos alienígenas me estaban robando tiempo.

—Solo ha sido un beso —dije.

—¿Y si Keyla no hubiese aparecido? —preguntó Alyssa, divertida.

—¿Y si se callan?

Regresé mi mirada que estaba centrada en esos dos hacia mi portátil para al menos poner una palabra.

Charlie resopló exageradamente.

—Entonces...—articuló con las manos— el rubio buenorro me ha ganado la oportunidad.

—Y a mi también —añadió Alyssa.

—Son tal para cual —murmuré.

—La vida no es justa —Charlie continó— pero, ¿ya te ha invitado a salir? ¿Te dijo algo después de eso?

—Detalles Aleyah, queremos detalles —exigió Alyssa.

—Si tantos detalles quieren. ¿por qué no se lo preguntan a él? —cerré mi portatil— que yo recuerde, él también participó en el beso.

—Claro, es que él es tan comunicativo con nosotros como lo es contigo —Alyssa rodeó los ojos.

—Como sea, ¿tú no tenías una cita? —pregunté para cambiar de tema.

—¿Quién, yo? —se apuntó a si misma.

Charlie puso cara de hacer cálculos mentales y querer llegar a una conclusión.

—¡Claro! —exclamó finalmente— el emo ese con motocicleta.

—No es un emo —defendió Alyssa.

—Anda vestido de negro todo el tiempo y empiezo a creer dos posibilidades; si es mudo, o si le han cortado la lengua.

—Sea lo uno, o lo otro, ese no es problema tuyo.

—Qué agresiva.

No dijeron nada ya que, se vieron interrumpidos porque la figura de Ian se asomó al margen de la puerta.

—¿Qué cuchichean?

—N-nada —Alyssa se apresuró a hablar.

<<¿Sabes...

¿Qué?

...creo

¿tú también?

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